Fin de Trayecto/Vaguardia (México) Él tiene el nombre más largo de Saltillo y es ¡36 letras!… Brhadaranyakopanishadvivekachudamani Erreh Muñoz

Es veterinario y vive en Saltillo; lleva además un apellido creado por su padre
Son 36 letras las que conforman su nombre, el cual fue elegido de manera minuciosa por su padre hace más de 40 años, quien en su afán por formar una familia con identidad propia, decidió también crear su propio apellido.
Vive en Saltillo y es veterinario. Su nombre es Brhadaranyakopanishadvivekachudamani Erreh Muñoz Castillo, y pese a las interrogativas sobre si la extensión del nombre le ha causado problemas a lo largo de su vida, Brhadaran, como le dicen conocidos y amigos, afirma que ha vivido más experiencias buenas que malas.
“Siempre es esa la pregunta, qué tan molesto estás con tu nombre. Yo no he tenido problema, los que lo tienen son las instituciones, a mi credencial de elector le faltan letras y así te puedo hablar de muchas cosas, a la visa igual le falta, a la cartilla militar también le faltan letras ».
Según Brhadaran, para él siempre fue muy fácil decir su nombre desde muy chico, ya sabía quién era y lo aceptaba sin dificultad. Pero acepta que no todos los que lo rodeaban comprendían el sentido, porque como en todo, lo desconocido y diferente siempre sobresaldrá.
“Se les hace raro porque tienen nombres comunes, en este caso yo era el extraño, el que tenía el nombre poco común y pues te tenías que adaptar a las circunstancias, no es cosa del otro mundo. A los tres años ya decía mi nombre, más o menos, no al 100 por ciento y siempre te cuestionan, ¿cómo le hacías con las planas?, son las preguntas normales. Pero te adaptas”, comparte narrando que más allá de un nombre molesto, hay un hombre empeñado en forjar su propia historia: su padre.
Así nació Brhadaranyakopanishadvivekachudamani
Don José Refugio Muñoz es el padre Brhadaran. Nació en San Julián, Jalisco en donde por un tiempo se preparó para ser sacerdote. Fue durante esa etapa cuando se dejó envolver por el encanto de los libros, tomando un gran afecto por la literatura. Tiempo después dejó el seminario, dedicando sus próximos años a la lectura y al comercio.
“Se dedicó a estudiar, leyó demasiado y no tienen carrera él ni mi madre, ambos son comerciantes. A mi padre le surge la idea de hacer su propio apellido, su propia historia, saber de dónde viene. Él se apellida Muñoz, decía a lo mejor soy Muñiz y por un error de dedo me pusieron así. Él se llama José Refugio Muñoz por la Virgen del Refugio, y lo que logra hacer es tener nombres no comunes y hacer su apellido”, explica.
Fue así como llegó el primer hijo a la casa de los Erreh Muñoz Castillo, de nombre Igniu, un nombre náhuatl que significa “hermano”. Luego llega Brhadaranyakopanishadvivekachudamani, cuyo nombre es el de dos filósofos hindús, el primero es Brhadaranyakopanisha y el segundo es Dvivekachudamani. A su tercer hijo, una mujer, le puso Betelgeuse, que significa “estrella” en árabe, de la constelación de orión. El siguiente es Christian Elius Kuculcan, es sol y serpiente emplumada.
“Mi papá tenía la disyuntiva de cuál nombre me ponían porque los dos le gustaban; él iba a hacer unos trámites y siempre se puso José R., nunca le gusto el Refugio. Y como es la burocracia aquí, hicieron que se pusiera Refugio, él salió encorajinado y dijo: ‘a éste le voy a poner el nombre completo’, y me los juntó”.