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Francia/Disturbios urbanos: el sospechoso silencio de los políticos

Opinión

Por Abdelhak Najib

escritor-periodista

Ante el silencio ensordecedor de la mayoría de la clase política francesa, que por miedo a reacciones adversas, que por afán de esperar cómo evolucionarán los hechos, que por cobardía política, que fingiendo no haber visto nada, en definitiva, ante esta debacle política, ciertas figuras están quebrantando la ley del silencio o la desmesurada inclinación a sembrar el odio con discursos irresponsables y nauseabundos.

Es el caso de Jean-Luc Mélenchon que afirma que « todos somos responsables de una situación que es ante todo un gigantesco maltrato social en ciertos distritos de nuestro país, y un sistemático maltrato policial respecto a ciertas poblaciones… Hoy, la política el poder ya no controla a la policía (…), es la policía la que asusta al poder”.

De hecho, hay mucho de verdad en las palabras del responsable de La France Insoumise. La policía parece ir sola ante la inmovilidad del Elíseo, en la persona de un Presidente de la República que prefiere el palo a la zanahoria. Esto lo podemos ver claramente en muchos videos de aficionados que circulan, que muestran hordas de policías golpeando a hombres y mujeres con tales estallidos de violencia que estamos horrorizados por estas prácticas tan denunciadas por la Francia de los derechos humanos. Por supuesto, si tales prácticas hubieran tenido lugar en Dakar o El Cairo, habríamos tenido derecho a una exageración en todas las televisiones francesas acusando a los regímenes en lugar de dictaduras.

En resumen, esta manipulación de imágenes se adapta muy bien a la actitud de la clase política francesa, que aprovechó este drama y estos gravísimos deslices con fines políticos. Cada partido intenta cubrirse con la manta, desnudando al otro partido contrario en una farsa política al estilo francés.

En este clima deletéreo, muy raras voces salen del estancamiento ambiental. Es el caso de Alexis Corbière, el diputado de Seine-Saint-Denis que aboga por un “estado de emergencia social”. Para el electo rebelde, es necesario “comprender las razones profundas que conducen a lo que sucede hoy”.

Antes de añadir: “¿Hay medios de salud en Seine-Saint-Denis? ¿Recursos didacticos? ¿Está la vivienda, más degradada que en otros lugares… Estamos atacando eso? Todos estos son motivos del enfado de las poblaciones frente a un Estado que practica la exclusión y marginación de las masas, el rechazo y la estigmatización aunque signifique recoger los frutos podridos. Este es el caso hoy en día, con algunas de las ciudades guetizadas saqueando y rompiendo todo, provocando incendios urbanos y destrozando sus propios espacios de vida.

En este sentido, Vincent Jeanbrun, alcalde de Les Républicains de L’Haÿ-les-Roses, en Val-de-Marne, precisa que “tendremos que reconstruir una cantidad astronómica de mobiliario urbano, calzadas, edificios, etc. Necesitamos un gran plan Marshall para los suburbios, el estado necesita ayudarnos a financiar la reconstrucción”. Y agrega: “Tenemos que hacer más que ripolinaje. Debemos demoler y reconstruir, transformar, recuperar empleos, negocios, crear vida donde hoy solo tenemos barrios dormitorio.

En otro nivel, son unos pocos líderes europeos los que se están involucrando y cediendo a la recuperación más básica, por no decir vergonzosa. Es el caso del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien asevera que es necesario: “Detener la inmigración ilegal. La seguridad ante todo (…) Nuestro plan es una Europa de fronteras seguras”. Una recuperación que conmociona a muchos eurodiputados, como Fabienne Keller que asegura que el líder polaco “manipula las imágenes de tensiones en Francia para justificar su proyecto mortífero para Europa”. Señaló aquí con el dedo la « propaganda vergonzosa » de un primer ministro de extrema derecha que « ha eliminado toda justicia independiente en su país, que está recortando la libertad de prensa y que quiere amordazar a su oposición ».

Una respuesta que nos remite a un hecho que pasa desapercibido en toda esta venta de imágenes de terror y en la cacofonía de los políticos. En este sentido, hay que tener en cuenta que Polonia y Hungría se oponen a un acuerdo celebrado por mayoría cualificada el 8 de junio de 2023 entre ministros del Interior de la UE. Este acuerdo prevé un sistema de solidaridad obligatorio pero “flexible” entre los países de la UE en la atención de los solicitantes de asilo. El acuerdo establece que los Estados miembros estarían obligados a recibir a un determinado número de solicitantes que lleguen a un país de la UE sometido a presión migratoria, o en su defecto a realizar una aportación económica, equivalente a 20.000 euros por cada refugiado no reubicado.

Ante estas concomitancias políticas, debemos tener cuidado de no hacer juicios precipitados y ver qué se esconde detrás de las bambalinas del poder y en Europa. Una Europa que se atrinchera y gira hacia la extrema derecha.

Publicado por: La Quotidienne

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