Hubieran frotado las manos… ellos son los malversares del Polisario a las ayudas humanitarias pero también sus socios en España y sus comisionados en Argelia.
La ayuda humanitaria marroquí está allí… cerca… en el vecino del amo y padrino argelino… en el Níger. Y es que cualquier ayuda humanitaria internacional se le hace agua la boca de la cúpula del Polisario. Pero aquí no tienen por donde “colarse”. De hecho sus padrinos argelinos esperaban una reacción mundial diferente a la que tiene lugar desde hace días: de condena. Esperaban ayuda humanitaria donde pudieran “meter mano” como lo hacían en sus campamentos de Tindouf, auténtica gallina de huevos de oro hasta que altos responsables de la Unión europea pillaran al “coco” con las manos en la masa… in fraganti. ¡Santo Dios, lo que desconfían estos europeos!
Acostumbrados a los negocios de este tipo, a expensas del drama de los demás y en asociación con otros ladrones como ellos que actúan bajo abrigos humanitarios, los dirigentes del Polisario parecen haber contraído el síndrome de la ayuda humanitaria. Un síndrome que les hace sonar que la ayuda se ha transformado en dinero en metálico y emprendió el destino de sus cuentas bancarias en Canarias o en Bilbao.
