Para convencer hay que tener buenos argumentos, buenos útiles (idioma, arte, ciencia… ) y fe o patriotismo. Sin embargo, lo que más notamos es la demagogia, los viajes, las comilonas, los buenos hoteles y mucha cáscara y poca nuez. A mi parecer debe haber una escuela diplomática que no sé si en Marruecos los embajadores, los cónsules y los funcionarios de alto nivel del Ministerio de Asuntos Exteriores salen de ella o sólo son elegidos según criterios más bien familiares, políticos o de sobornos. Debemos preparar convenientemente en varios idiomas, hombres para representarnos en el extranjero y defender nuestros compatriotas y nuestra patria. Que sean diplomáticos de carrera. Esa es mi opinión…
