Es lamentable observar cómo algunos medios de comunicación franceses han caído en un nivel de confrontación similar al de un patio de recreo en su tratamiento hacia Marruecos y su respetado monarca, el Rey Mohamed VI. La reciente portada de la revista satírica « Charlie Hebdo », que incluye una caricatura del Rey, es un ejemplo de esta confrontación, que deja entrever una falta de ética y respeto.
En el contexto del conflicto entre Marruecos y Francia, con Emmanuel Macron en el papel protagónico, hemos sido testigos de representaciones sesgadas en los medios franceses. En lugar de abordar este tema con madurez y responsabilidad periodística, algunos medios han optado por un enfoque infantil y desacreditador.
Es cierto que existen desacuerdos y diferencias entre naciones, pero recurrir a la imagen de un jefe de Estado en una caricatura irrespetuosa denota una falta de profesionalismo y ética periodística. Este comportamiento, más propio de un niño que busca atención en un patio de recreo, no se ajusta a los estándares que se esperan de la prensa. Estos medios parecen haber olvidado el propósito fundamental del periodismo: informar, educar y fomentar un diálogo constructivo, en lugar de propagar estereotipos ofensivos y descalificaciones.
El Rey Mohamed VI ha demostrado ser un líder comprometido con el progreso y desarrollo de su país, además de ser un actor clave en la promoción de la estabilidad en la región del norte de África. Mientras él sigue una senda diplomática y respetuosa, ciertos medios optan por lanzar acusaciones infundadas y comportarse como niños que no comprenden el valor del respeto y la cooperación.
En estos momentos de profunda necesidad y desafío para Marruecos, Su Majestad el Rey Mohammed VI está demostrando un liderazgo incuestionable y un compromiso inquebrantable con su pueblo. Desde el inicio de la crisis desencadenada por el devastador terremoto en Al Haouz el 8 de septiembre, el Rey ha estado trabajando activamente para aliviar el dolor de los marroquíes afectados, tomando medidas urgentes y eficaces para movilizar los recursos necesarios y garantizar la asistencia inmediata a las familias damnificadas.
Respecto al Presidente Macron, es lamentable ver cómo se involucra en este juego infantil. Si bien es legítimo que defienda los intereses de su país, debería hacerlo de manera respetuosa y constructiva, en lugar de seguir el ejemplo de un niño caprichoso que busca venganza en el patio de recreo. Utilizar los medios para difamar y desacreditar a una nación amiga no solo es inaceptable, sino que muestra una falta de madurez política.
Esperamos que estos medios de comunicación abandonen este comportamiento y vuelvan a comprometerse con los estándares éticos del periodismo. Marruecos es un aliado importante para Francia y Europa en su conjunto, y este tipo de comportamiento solo socava la posibilidad de una cooperación fructífera y mutuamente beneficiosa en el futuro. Es momento de actuar con madurez y responsabilidad. El Rey representa una línea roja para todos los marroquíes, traspasarla sería abrir la caja de Pandora.