J-23 en España: Nuevo delirio de la junta militar argelina
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
Anoche, martes, según las acusaciones de la plataforma de medios Al-Nahar, Argelia se encontraba en una gran confusión, después de que un sitio web local publicara la noticia de la expulsión del embajador emiratí, tras el “arresto” de cuatro “espías” emiratíes que trabajaban para la inteligencia israelí, MOSAD dentro del país.
El país está, cada vez más patas arriba. ¿Quién zancadilla al presidente Tebboune? Sin responde a esta pregunta una tensión y una tensión son patentes entre la presidencia del país y algunos medios “oscuros”.
La cultura política argelina: confusión e incertidumbre. Las espadas están bien en alto pero los rostros sonríen y “rectifican”.
Ni en Argelia ni fuera de ella se ha sabido hasta ahora si hay espías emiratíes en el país, si el embajador emiratí ha sido expulsado y qué es lo que ha pasado realmente. Ni se ha sabido ni, a todas luces se sabrá. La transparencia no forma parte de la idiosincrasia de los poderes públicos argelinos.
A falta de certeza, buena es la psicología del rumor. Cada uno baraja posibilidades y escruta eventualidades de lo que realmente ha pasado.
Una cosa es incontestable: algo se mueve en las altas esferas de este país.