Said Jedidi es periodista y escritor, director de infomarruecos.ma/conacentomarroqui.blogspot
Un exministro de Justicia argelino fue condenado ayer a tres años de prisión. Los cargos y los pretextos poco pueden interesar porque todo el mundo sabe que se trata de un simple y descarado ajuste de cuentas.
Varias personalidades y ex líderes políticos, así como poderosos jefes, altos funcionarios públicos y altos oficiales del ejército son juzgados en el contexto de estos juicios. Son procesados, en particular, por corrupción y enriquecimiento ilícito.
Todos y quedan más hicieron fortunas por su negocio llamado Polisario y los multimillonarios tráficos de toda índole del que se encarga.
Pero, ironía del destino y de todas las opiniones públicas (interna y externa) la justicia argelina funciona con mil velocidades y una deslumbrante geometría variable. Finalmente, no engaña a nadie. Se condenan cabezas de turco. Los que ya no sirven al régimen desfachatadamente militar a los que se achacan todas las culpas para eximir a otras aun en ejercicio y aun presentando o puedan presentar enormes servicios a la dictadura militar.
Y es que, desde 1974 con la “adquisición” (adopción) del Polisario nadie o casi nadie en Argelia sabe de qué se puede acusar a los adversarios del régimen porque, al fin y al cabo, todos, antiguos y nuevos dirigentes han tenido “derecho” a parte del pastel, tan irresistible que, como dirían los mexicanos, “dulce como el pecado”.