Cronica desde TindufFeatured

  La “guerra” del Polisario: La cantinela de siempre

Machismo mojado

 

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna pueda llegar.

 

En la dirección de la milicia argelina del Polisario nadie ignora lo que sucede cuando se atreve a acercarse al muro de defensa marroquí en su Sahara. Tienen pruebas y saben que el que derrocha fanfarronadas o muerde.

Hasta aquí todo normal, aunque anecdótico: en las redes sociales, camiones que disparan misiles en el cielo de Tinduf. El refugiado Al Gali Al Mustafa Assayid que dice que los marroquíes ocultan sus pérdidas” sin dar más detalles… porque no los hay.

Nadie ignora tampoco, en este gulag argelino de Tinduf que si alguna imprudencia de algún imprudente que se atreva a disparar un misil contra el territorio marroquí, lo que pueda pasar.

La población secuestrada en el Guantánamo de Tinduf sabe que el silencio de Marruecos se debe a que no ocurre a absolutamente nada y que contra la palabrería y la idiotez mejor no responder.

Los rehenes de Tinduf saben pertinentemente que es infinitamente más fácil hablar de guerra que hacerla… que, con críos de 5, 6 o 7 años no se puede asustar ni a un gato.

En síntesis: el Sahara marroquí está tranquila, consagrándose a su desarrollo y a potenciar su presente y a construir su futuro.

Las vociferaciones no hacen daño… y el Polisario no es capaz de otra cosa.

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