La mujer marroquí moderna supo encontrar nuevas indicaciones gracias a la evolución del país, respetando su religión y sus tradiciones que hicieron que pudiera diferenciarse de otras. La mujer marroquí es conocida por el hecho de ser una persona capaz en el seno de su hogar, particularmente en la cocina donde consigue elaborar minuciosamente platos deliciosos que saben excitar las papilas de los gastrónomos más finos.
Antaño la mujer marroquí estuvo destinada al hogar de manera automática y no era por sumisión ni por rebajamiento sino al contrario en aquella época la mujer tenía el valor para su marido y en la sociedad, y hasta estuvo considerada como el principal pilar de la casa. Y de este hecho, le gustaba administrar todo en su morada endocytose de todas las tareas domésticas, y hacer a niños asegurando su educación y dedicarle el tiempo a su marido procurando para que todo esté listo para su llegada.
No obstante, hoy, la mujer marroquí evolucionó considerablemente, y tiene casi los mismos derechos que el hombre porque en nuestros días a pesar de que la mujer estudia, y a pesar de que en el trabajo ocupa los mismos puestos que los hombres, en relación al hombre, la mujer sigue siempre inferior. Pero casi es una problema ya que ahora debe saber encargarse de sus tareas fuera sin descuidar el interior que es su casa, sus niños y su marido, y para encontrar el buen equilibrio es una cosa que se revela muy difícil …
Por cierto, las mujeres marroquíes de antes tuvieron éxito en su hogar, pero no tuvieron la posibilidad de tener acceso a otros dominios o campos. En cambio las mujeres marroquíes de hoy forjaron gracias a sus esfuerzos y a su paciencia una emancipación que es ejemplo en los mundos árabe y musulmán, como la libertad de expresarse, la posibilidad de escoger a su marido, el derecho a poder estudiar, el derecho a trabajar pero en la mayoría de los casos se muestran incapaces de administrar a los dos.
Aunque está abierta al mundo, hablando varias lenguas como el francés, el inglés o español según las regiones, la mujer marroquí sigue siendo fiel a su lengua materna que inculca a sus niños.
En cuanto a la forma de vestirse, se debe poner de relieve que a pesar de que se viste de manera moderna apropiándose varios estilos sin embargo esto no la impide volver a las fuentes y llevar chilabas o caftanes en el momento de ciertos acontecimientos. Consigue ser bella en toda circunstancia en la comodidad y la elegancia permaneciendo espléndida y sublime como consiguieron describirla ciertos pintores. La mujer marroquí aprecia sus tradiciones pero aúna entre lo tradicional y lo moderno y este equilibrio es el prueba de éxito.
Recientemente, la visión de la mujer cambió, no acepta más la segunda posición y aspira a un papel mayor y más importante en el seno de la sociedad, organizándose en asociaciones, educándose y creando su espacio de libertad con el fin de luchar por la obtención de sus propios derechos. El fenómeno del matrimonio de los menores, consecuencia de una visión evidentemente anacrónica en el Marruecos de hoy, sigue, sin embargo incrementándose en Marruecos, y haciendo estragos sociales irremediables. La mujer marroquí continúa su lucha contra todas las formas de violencia que sufre con el fin de protegerse y poder proteger a sus hijos. Por cierto el camino es todavía largo y duro para que la mujer en Marruecos alcance sus esperanzas y tenga su lugar merecido en el seno de la sociedad pero indudablemente su contribución enorme como su don y su generosidad natural que la hacen vivir en perfecta armonía entre modernidad y tradiciones.
