Decía una muchacha al famoso actor y director de cine italiano, Vittorio de Sica: “Yo no me casaré hasta que encuentre a mi hombre ideal. Tiene que saber tocar algún instrumento, cantar, contar cosas divertidas, saber hablar de política, de arte, de literatura, y también, cuando corresponde, saber callar. Y le replicó de Sica: “¿No ha pensado usted en comprarse un televisor?”.