Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
En el continente africano proliferan las milicias, pero no tienen mentor con petróleo y gas.
Ante este amenazante contagio porque algunas milicias se preguntan por qué solo el Polisario es “miembro” de la UA. La respuesta se impone explícitamente: ningún país a excepción del régimen militar argelino se agarra a su milicia. Los países africanos son conscientes, pese a la anomalía polisarista, que la UE está hecha para Estados y no para milicias garrapatas de otros países.
Contagio porque si hay una milicia pueden haber dos, tres o más. Mañana o pasado otras milicias armadas se atreverían a presentar su candidatura, con lo que hay que solucionar este problema y responder a la pregunta de si en el acta fundadora de la Unión Africana caben milicias.
De hecho y es una vergüenza para el continente, es la única unión del mundo con una milicia, sin ningún valor añadido ni para la Unión ni para el mundo, que sirve agendas de un mentor para realizar su perverso sueno hegemonista.
En el seno de la UA no son pocos los países que comienzan a debatir esta problemática y a buscar las soluciones inherentes de sanear la organización continental, rectificando un error del pasado que repercute nefastamente sobre la Unión.
Un error, puede durar, pero, de ninguna forma, debe eternizarse. Ha venido tiempo de hacer diferencia entre Estados y milicias. Entre hechos históricos, políticos y geopolíticos y viciosas consecuencias de la Libia del difunto coronel Gadafi primero y luego del difunto coronel Boumedian de Argelia-argelino que tenían/tienen otros objetivos, literalmente opuestos y contrarios a los objetivos y al espíritu de África.