Jihane Jedidi es optica/periodista directora de comunidad infomarruecos
Foto: Jedidi Media
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Cerca de casa no hay ninguna colmena. Sin embargo, desde hace semanas, todas las mañanas nos “visitan” abejas.
Esta mañana era diferente. Cuando me disponía a desayunar, vi en la veranda una abeja que, a duras penas, se movía. Sali y encontré la pobre abeja agonizando. Le traje una gota de miel y le limpié el pequeño espacio donde se encontraba. La abeja no lograba volar…
Volví al desayuno al cabo del cual volví a salir a la veranda. Satisfacción a medias: la abeja no estaba. Buqué por todos lados… nada. Al cabo de unos instantes volví a indagar y sorpresa: estaba la abeja comiendo la gota de miel.
Pero, por su agilidad y su buena “salud” seguramente no era “mi” abeja, pero lo esencial para mi es que “mi” abeja pudo al fin ir a donde quería.
¡Una alegría!
Moraleja: El simple acto de ayudar a un ser necesitado, por pequeño que sea, puede tener un impacto positivo en el mundo. ¡Hamdulilah!