La vida no es lineal, es un largo camino con altibajos de los cuales sacamos moralejas y lecciones. Los éxitos, los fracasos, las crisis, las decepciones y los sueños por cumplir dan forma y sentido a nuestro trayecto vital.
Tropezar una y otra vez en la misma piedra suele ser sinónimo de miedo a probar lo nuevo y explorar lo desconocido. La vida no está hecha para contar decepciones, sino para triunfar después de haber recorrido un largo camino plagado de espinas. En muchas ocasiones la felicidad suele estar en las pequeñas cosas que nos rodean y no valorar lo que está a nuestro alcance suele pasarnos factura.
Hay quien no tolera la felicidad y el éxito de la gente porque el rencor, la envidia y el resentimiento no le deja ver lo que el resto de la humanidad percibe. La ceguera alimenta el odio, atonta y fomenta la torpeza. Disfruta de tus victorias en silencio y haz el bien recurriendo al anonimato. Que nadie limite las fronteras de las hormonas de tu felicidad porque gran parte de la humanidad está cegada por la hostilidad. Intenten ser buenas personas, hagan el bien y no dejen de soñar.