El presidente de la Organización internacional de emigrantes “Horizontes sin fronteras” (HSF), Boubacar Seye ha calificado la solicitud de adhesión de Marruecos a la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) de iniciativa “estratégica saludable para una arquitectura económica, social y fiscal en África”.
Muchos otros dirigentes africanos han saludado la iniciativa marroquí, especialmente dentro de los países de la CEDEAO a algunos de los cuales Marruecos demuestra de esta forma su firme voluntad de contribuir con sus potencialidades económicas a lo que el presidente de HSF califica de “arquitectura social, económica y fiscal de África”.
De hecho, tanto ahora con la CEDEAO como hace un mes en la Unión africana, los países africanos, a excepción de unos pocos mosqueteros de la división y del hegemonismo, entendieron que Marruecos puede aportar un valor añadido que África necesitaba/necesita de manera acuciante.
Así las cosas, esta adhesión a la CEDEAO puede ser extremadamente beneficiosa a la integración regional en el Magreb cuya UMA está paralizada por obvias razones porque, contrariamente a lo que se pueda creer, se trata de una iniciativa complementaria, inherente de dar un nuevo impulso a la dinámica de integración en este conjunto regional martirizado por obra y gracia del régimen argelino.
Marruecos ha esperado durante lustros, mostrando una paciencia sin límites antes de decidir contribuir de otra forma al progreso y a la estabilidad social, política y económica del resto del continente.
La adhesión del reino a la CEDEAO dará, por otra parte una nueva dinámica a los esfuerzos de integración regional en el resto de África, constituyendo un nuevo ejemplo de una África sin fronteras económicas y con una visión global de desarrollo.
El rey Mohamed VI ha dado el ejemplo. Ahora solo hace falta aplicar este saludable ejemplo, considerando al continente uno y aglutinador, en vez como lo desearon siempre algunos disgregador y separatista.
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