Aunque parezca anormal, es la pura verdad (constatación): Cada vez que vuelvo a Layun, la encuentro cambiada. Es una ciudad que avanza con pasos firmes.
Como diría un canario es Layun la prodigiosa. Hace menos de tres meses estuve con ocasión del rodaje de “Nostalgia de la nación” sobre mi padre. Hoy para asistir ( y cubrir) los trabajos del Primero Encuentro sobre la “Vecindad natural, Perspectivas de las relaciones hispano-marroquíes” organizado por la Federación de Editores de periódicos ( FMEJ, con sus siglas en francés). He descubierto muchas cosas, muchos cambios y una firme voluntad de las autoridades locales de hacer de la ciudad, además de la capital, la joya del Sahara.
De hecho, mis amigos canarios, participantes en el coloquio organizado en el marco de este Encuentro, muchos de ellos efectúan frecuentes idas y venidas entre Layun y Las Palmas, me han dicho que a ellos les sucede lo mismo.
Signo de la firme voluntad de recuperar el tiempo perdido… aunque esto no parece gustar mucho a mis amigos españoles.