Said Jedidi en Radio Tarfaya: voz de la liberacion y la unidad (Tarfaya- 1974)
En uno de mis viajes a Layun, siendo consultor en el ministerio marroquí de Información, fui recibido con la delegación de periodistas españoles y latinoamericanos que me acompañaba, por el entonces Wali (súper gobernador) de la ciudad, el difunto Salah Zemrag. Durante la conversación salió a relucir el tema de los “esfuerzos” de Marruecos de sustituir el español por el francés en el Sahara:
– Sr. Gobernador, llevamos aquí tres días. Hemos visto a muchos responsables y visitado muchos lugares, parece que han acabado Ustedes con la lengua española, preguntócon cierta osadía una periodista española
– No. Aquí todo el mundo sigue hablando español. Algunos, incluso perfectamente
– Pero nos da la impresión de que lo hacen casi discretamente
– ¿Pero, quién le ha dicho esto?
– Es que todos los responsables que hemos visto, ninguno habla español. . Con Usted mismo, máxima autoridad de la provincia, necesitamos un traductor
– Este es Marruecos, señorita, y debe haber cierta uniformidad
– El francés ¿forma parte de esta uniformidad?
– Quería decirle…
– Sr. Gobernador, en la Constitución marroquí la lengua oficial es el árabe, el español y el francés son lenguas secundarias
El difunto Wali cambio de tema. Era lo mejor que podía hacer. El jefe de su gabinete Mohamed Gueruani, excelente hispanista y experimentado politico tomó el relevo con explicaciones más convincentes en perfecto castellano, pero él también era del norte… como yo, de Tetuán.
El mismo tema se repetía en cada visita a Layun o a otras ciudades del Sahara marroquí. Algunos medios de comunicación españoles consagraban sus reportajes a esta cuestión. Lo advertimos a los responsables de Interior y de Información.
La mayoría de los periodistas españoles que visitaban las provincias del Sur, mostraban una sensibilidad particular al tema de la legua secundaria en el Sahara. Algunos escribieron incluso que Rabat privilegiaba a los sararíes de formación francófona como Omar Al Admi, alias Hadrami y a otros.
– Los Bachir D’khil, Siddati El-Ghalaui, Hassan Dirham, aunque éste se ha impuesto por obvias razones y méritos propios, Abderrahman Ould Leibek y un interminable etcétera de excelentes hispanófonos saharauíes marroquíes vegetan en los pasillos del Interior o en sus casas, me había dicho una vez un corresponsal de un gran diario español en Rabat
– No lo creo. Ould Leibek es el cónsul en Las Palmas y Brahim Hussein Mousa, médico jefe de Uadi Addahab y actual embajador de Marruecos en Caracas.
– Escucha, Said, te digo una cosa: Si Marruecos hubiera jugado plenamente la carta del Partido de la Unión Nacional Saharaui (PUNS) cuyo Secretario general y la mayoría de sus máximos dirigentes están en Rabat, hubiera cogido en la trampa a España y su política en el Sahara. No fue así y tu sabes por qué
La verdad es que no sabía por qué, entre muchas otras cosas, porque en la cuestión del Sahara debo confesar que no siempre es fácil comprender algunas decisiones. Es, como diría el otro, el vaso medio lleno, medio vacio.
No obstante, en los casi 47 años que llevo en la defensa de la integridad territorial de Marruecos, siempre sentí que la carta de la lengua española en las provincias recuperadas ha pesado nefastamente en la percepción de los españoles del problema.