Vale la pena leerlo y, sobre todo (¡creo yo!) ver y volver a ver la foto que ilustra la crónica
“Rin, Nilo, Ganges, Amazonas: los ríos mueren asfixiados por contaminantes industriales y agrícolas, desechos y plásticos, me escribe Avaaz, pero la comunidad internacional pronto podría lanzar la operación más grande del mundo para restaurar y proteger el agua dulce. Los contaminadores ya están listos para contraatacar, ¡así que apoyemos a los países que comenzaron la lucha!
No se trata de un lujo. O de una controversia de orden geopolítico, ni siquiera de una exageración. Es, queramos o no, aunque no se vea porque los hay que no quieren que se vea, una cuestión de vida o de muerte… de hecho, de nuestra vida y de nuestra muerte.
Velar por nuestro medio ambiente y por nuestro ecosistema es luchar por nuestra supervivencia.
Ser o no ser… esta es la cuestión que depende y nos incumbe a nosotros exclusivamente.