Los marroquíes damos gracias a Dios y no debemos olvidar el grave déficit pluviométrico del año transcurrido cuando estábamos a punto de atravesar un difícil periodo de racionamiento.
En la abundancia es cuando se conoce la buena gestión, en este caso de la lluvia que, este año, gracias a Dios, nos ha economizado la inquietud y el suspense.
El refrán tetuaní dice “quien trata debidamente a su asno puede ir al peregrinaje sobre él”.
Hagamos buen uso del agua disponible porque con el despilfarro ninguna cantidad de agua puede resultar suficiente.