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Los saharauis han empezado a tomar conciencia, en las últimas semanas, de la magnitud del peligro que representa el « polisario » para ellos, sus hijos y su futuro, subraya el escritor y periodista libanés Khairallah Khairallah.
El escritor y periodista libanés Khairallah Khairallah
En un artículo titulado « Una parte del polisario rechaza la prisión argelina », publicado el viernes en las columnas del periódico londinense Al-Arab, Khairallah explica que estos acontecimientos se producen mientras el « polisario sigue haciendo de marioneta de Argelia, por un lado, y sus dirigentes se niegan a reconocer que la situación en la que se creó el frente ha cambiado completamente, por otro, especialmente tras el final de la Guerra Fría y la caída de las ideas que imperaban durante los años 70 y 80 del siglo pasado ».
El artículo, ampliamente difundido por los principales periódicos y sitios de noticias árabes, señala que esta toma de conciencia comenzó a materializarse desde el interior del « polisario » y no desde el exterior desde abril de 2020, tras la creación de un nuevo marco político, en este caso el movimiento « Saharauis por la Paz ».
El autor del artículo añadió que los fundadores de este movimiento « decidieron seguir un camino diferente al del frente polisario, que se ha convertido ni más ni menos en un rehén de Argelia », subrayando que « no podemos subestimar tal evolución, que confirma el rechazo de los saharauis a adoptar el mismo comportamiento desde la salida del colono español del Sáhara”.
« Este paso tendrá, tarde o temprano, repercusiones en la situación que prevalece en el norte de África, donde el Reino de Marruecos es el único oasis de paz y serenidad y siempre ha rechazado los eslóganes vacíos y se ha mantenido comprometido con los principios sobre los que se fundó, es decir, un Reino reconciliado consigo mismo y con su pueblo », subraya Khairallah.
« No cabe duda de que el grupo que fundó este movimiento es consciente de ello y sigue convencido de que el polisario debe salir de su caparazón y reconciliarse con la realidad y con el mundo de la posguerra fría », escribe el autor del artículo, añadiendo que los dirigentes y activistas del nuevo movimiento « han decidido afrontar la realidad y buscar fórmulas de entendimiento y convivencia con el Reino de Marruecos, convencidos en ello de la inexistencia de otras alternativas ».