El Polisario: un "país" que vive de la ayuda humanitaria internacional (limosna) y su malversación
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
La gente en este Guantánamo argelino de Tinduf se queja de que sus raciones han sido drásticamente reducidas para pagar a los inútiles mercenarios españoles y locales en las redes sociales y a los abogados de la milicia que no ganan ni un solo pleito.
Se mendiga, se insiste en mostrar la precariedad y la pobreza y luego se malversa la limosna. Que a su destino (los secuestrados de los campamentos argelinos de Tinduf) no llega más del 30% repartido de manera desproporcional según la tribu y según las relaciones familiares y de amistad.
Luego una importante parte va a los caciques, el refugiado “presidente” y su fabrica de pollos o a Bachir Mustafa Sayid y sus mil camellos en Mauritania.
¿Quién, con esta gallina de huevos de oro, desea un referéndum y un ‘Estado’?
Negocios para ellos, negocios para sus mentores y negocios para sus abogados. Frente a ellos la gente hambrienta que no les sirve más que para la mendicidad internacional o para dar a sus hijos para su militarización o venta para su evangelización en España.