Acto de renovación de pleitesia: la ilustración de una originalidad y de una autenticidad
Los marroquíes celebramos hoy, dpmingo 30 de julio, el Vigésimo Cuarto aniversario de la entronización de S.M. Mohamed VI como rey de Marruecos.
Era el 23 de julio de 1999. El monarca marroquí que nació en Rabat un 21 de agosto de 1963, accedía al trono de Marruecos, convirtiéndose en el Vigésimo Tercer soberano de la dinastía alauita y el tercero en llevar el título de rey.
Hijo de Hassan II y de Lala Latifa (llamada ‘madre de los hijos reales’ de origen amazigui), Mohamed VI tiene dos hijos: SAS el príncipe heredero Moulay El Hassan, nacido el 8 de mayo del 2003 y SAS la princesa Lala Khadiya, nacida el 28 de febrero del 2007.
En Marruecos hay una unanimidad en torno a la evidencia de que muchas cosas han cambiado desde el acceso al Trono de SM Mohamed VI. La Constitución del 2011 marca, en este sentido, una primera concretización de las reformas que Mohamed VI ha llevado a cabo desde su acceso al trono en 1999. Se trata de un giro en la historia política y social de Marruecos.
Desde su acceso al trono, el joven rey creó, entre otras, la Instancia de la Equidad y reconciliación (IER), un órgano que ha permitido a Marruecos a reconciliarse con su pasado a través de la investigación (y el valiente reconocimiento) de ciertos difíciles acontecimientos que ensombrecían la historia reciente del país.
Hoy 30 de julio se cumplen 23 años del acceso al trono de S.M Mohamed VI que había supuesto, según propios y extrañ un soplo de aire fresco en un país ansioso por cerrar el capítulo de los llamados ‘años de plomo’.
Desde entonces han pasado 23 años y Marruecos da un gigantesco paso en el progreso y el desarrollo sostenible: construcción de un puerto de nivel mundial, Tánger-Med, con la ambición de convertirse en el más importante de África.
Las víctimas de los ‘años de plomo’ han sido indemnizadas tras un trabajo valiente de la Instancia Equidad y Reconciliación (IER). Un trabajo valiente, aunque incompleto, dado que los torturadores no han sido juzgados. También se adoptó un nuevo Código de la Familia (‘Mudawana’) en 2004, dando a las mujeres (casi) los mismos derechos que a los hombres. En el ámbito de la comunicación, y pese a algunos incidentes, los diarios pueden escribir prácticamente lo que quieren siempre y cuando no cuestionen la religión, la monarquía y la integridad territorial.
Y la gran marcha se prosigue con convicción y determinación…