Jihane Jedidi es optica/periodista directora de comunidad infomarruecos
Foto: Jedidi Media
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En un monte en una zona árida, blanco y diana de una sequía crónica, el terremoto del viernes por la noche lo sacudió, brotándose de él abundante agua.
Habitantes locales y equipos de socorro tanto nacionales como extranjeros se han quedado perplejos.
Los que han probado el agua han afirmado que era de una excepcional potabilidad. Un rayo de esperanza entre un océano de escombros y de tristeza.
Se ha llevado el agua para su análisis y composición y equipos especializados tratan de averiguar su procedencia.
Una sonrisa entre mil lágrimas. La gente se limitaba a clamar: Dios Es Clemente y Misericordioso.
Un alivio divino que vino de donde nadie esperaba. ¿Quién ha dicho que no aquedan los milagros?