Marruecos y España: Competidores en la Carrera del Hidrógeno Verde en Europa
Desde las tierras del norte de África, nuestro país, Marruecos, se erige como un competidor decidido en la carrera por liderar la producción de hidrógeno verde en Europa. Mientras España busca su lugar en este mercado en rápido crecimiento, Marruecos ha emergido como un aspirante serio y comprometido en esta transformación energética.
Hidrógeno verde: la estrategia nacional pretende optimizar la explotación del potencial local
Un estudio encargado por la Comisión Europea, y recoge el diario español El País en su edición del 25 de agosto, sugiere que Marruecos podría superar la producción de hidrógeno de España en más del 30% para 2050, alcanzando una capacidad total de 160 teravatios. Esto no solo lo convertiría en un proveedor vital para los países europeos, sino que también podría cubrir más del 5% de la demanda continental. Mientras tanto, España no se queda atrás y busca consolidarse como la segunda potencia de hidrógeno en Europa, con una capacidad prevista de electrólisis de más de 120 gigavatios para 2050.
Nuestro país, Marruecos, ha dejado claro su compromiso al respaldar activamente el desarrollo de su cadena de valor de hidrógeno desde 2021. Con inversiones que superan los 16.400 millones de euros, Marruecos ha lanzado iniciativas como el proyecto de TotalEnergies y la empresa estatal OCP, ambos destinados a exportar hidrógeno y amoníaco hacia Europa.
La proximidad geográfica entre Marruecos y la península Ibérica, según el mismo diario español, ofrece oportunidades de colaboración y conectividad que podrían alterar el panorama energético. A pesar de la competencia, ambos países reconocen la importancia de trabajar juntos. Las infraestructuras planificadas, como la red troncal de Enagás y el proyecto H2Med, podrían ser esenciales para aprovechar el potencial de Marruecos y satisfacer la creciente demanda de hidrógeno en Europa.
Esta carrera por el liderazgo en el mercado de hidrógeno verde trasciende el ámbito económico, ya que también afecta la sostenibilidad y la resiliencia energética. Europa busca evitar los errores del pasado y aprender de las lecciones recientes en materia energética. Marruecos y España están en el centro de la atención, y mientras compiten, también abren puertas para la colaboración y el crecimiento mutuo en esta revolución energética.