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Marruecos y sus encantos: Guía de Merzouga  Por MARILUZ (*)

  “No me cansaré de repetir que el verdadero patrimonio de Marruecos son sus ciudadanos. Pero dentro de la amplia riqueza humana marroquí, posiblemente sea la gente del desierto quienes tengan un enfoque vital y una forma de entender el paso de los días más particular. Ignoro si vivir rodeado de estos paisajes condiciona, pero os aseguro que saber escucharlos se puede llegar a convertir en la mejor lección de vida posible”.

Mariluz Bejarano Además de diplomada en turismo, es agente de viajes, gerente y redactora en “Siente Marruecos”.
Erg Chebbi
     Aunque normalmente solemos llamarlo Merzouga, en realidad ese paisaje cambiante se denomina Erg Chebbi, donde Chebbi es el nombre propio y erg define el tipo de desierto (es decir, aquellos compuestos por masas de arena). Otros desiertos, mucho más comunes, son los hamadas: duros, pedregosos y sin apenas arena.
     Sin lugar a dudas se trata del desierto más famoso de Marruecos: tiene una longitud de cerca de 30 km y una anchura media de aproximadamente 8 kilómetros; además algunas dunas pueden alcanzar nada más y nada menos que los 150 metros de altura. Otro Erg destacable de Marruecos, aunque no sea tan popular, es el de Erg Chegaga.
Diferencia entre Zagora y Merzouga
     Merzouga es por tanto, junto a otros pueblos como Hassi-LabiadTanamoust o Takoujt desde donde parten los viajeros hacia Erg Chebbi. Sin embargo es el primero, con diferencia, el que mayor atracción turística suscita y donde está emplazado el grueso de los riads donde se hace parada. Por eso, decir “las dunas de Merzouga” es común pero inexacto (aunque incluso yo misma lo hago por comodidad).
Cómo llegar
      Formas de llegar a Merzouga hay varias, siendo lo más común partir de Marrakech o Fez. Desde Fez distan ocho horas de carretera y desde Marrakech sube hasta diez.
       Si os decidís por el transporte público o excursión organizada en el primer caso el trayecto se realiza en un sólo día, mientras que en el segundo en dos. Esto no es, a mi juicio, una desventaja, pues tan importante y disfrutable es el destino como el camino: ciudades de adobe, kasbahs, palmerales, gargantas,… todo un espectáculo a disfrutar desde la ventanilla.
     Desde Marrakech la primera noche se suele hacer en Dades (parando antes en Aït Ben Haddou) y la posterior en un campamento de jaimas ya en Erg Chebbi. Al día siguiente, desde bien temprano, se vuelve a Marrakech en una sola jornada. Se hace así porque se suele “pernoctar” en el asiento (la noche previa lo que menos se hace es dormir) y porque la ruta es prácticamente la misma que a la ida, salvo que se visita Ouarzazate.
     Sin embargo hay quien opta por realizar una viaje más personal y pausado, bien en su propio 4×4 o en un tour privado, visitando Ait Ben Haddou a la vuelta y alojándose en una de sus kasbahs, con lo que emplea toda una mañana en las dunas en lugar de salir a primera hora.
     El trayecto desde Fez tiene la peculiaridad de ser más diverso y dejar patente la heterogeneidad geográfica marroquí, pues al inicio se atravesará el medio atlas, con el verde de los árboles como principal protagonista e incluso haciendo aparición la nieve, no siendo hasta acercarnos a Merzouga cuando empiecen a surgir los paisajes ásperos. Los lugares principales donde se suele realizar parada en este trayecto son Rissani, Ifrane y Midelt.
Qué hacer en Merzouga
    Lo mejor que se puede hacer en Erg Chebbi es, sencillamente, disfrutar del paisaje y adquirir conciencia de lo diminutos que somos. Pero para todos aquellos de vosotros a los que viajar sin tener por delante un planing por horas os puede provocar una crisis, os enumero una serie de actividades para que os resulte lo más completo posible:
Sortear dunas
     Maneras de recorrer las dunas hay múltiples. En mi caso dos son las que más disfruto: o en 4×4, alentando al chófer a botar (la adrenalina y el chichón están garantizados) o en quads, situándose todos los participantes en fila y siguiendo un responsable que encabeza. A los que temáis es imposible que os caigáis, os lo aseguro.
Sandboarding
     Tampoco es necesario el uso de ningún vehículo para sentir la emoción del desierto. Incluso aunque no dispongáis de una tabla diseñada para ello, con total probabilidad en alguno de los albergues alojados en Merzouga os puedan proporcionar una, bien cobrando o bien de forma gratuita (porque hayáis contratado algún otro servicio con ellos, por ejemplo).
Pasear en dromedario
    Casi con total seguridad sea la forma a la que accedáis al campamento de jaimas. Suele dar un poco de respeto al principio, pues impresiona la envergadura de los dromedarios y subir a ellos requiere de un mínimo de destreza, pero pasados los primeros 10 minutos la tensión habrá desaparecido y podréis disfrutar del resto del paseo.
    Aconsejo llevar pantalones holgados, cómodos y específicos, porque supongo que no querréis oler el resto del viaje a camello (tranquilos, una bolsa de plástico donde guardarlos durante el viaje y una lavadora nada más llegar a casa será suficiente).
Buscar animales
    El desierto tiene su peculiar y variada fauna, desde insectos hasta zorros. Si el espíritu explorador no recorre vuestras venas, podéis por lo menos intentar deducir a qué ser pertenecen las huellas y madrigueras que os encontréis.
Contemplar el anochecer y el amanecer
     En Erg Chebbi no sólo cambia el paisaje en su forma, sino también en el color: al amanecer la arena se torna rojiza, y a medida que el sol asciende, más amarillenta. Por tanto no es algo que admirar sólo cuando el sol esté a punto de ponerse o salir, sino prácticamente a cada minuto.
Disfrutar de la noche (y de la compañía alrededor de la hoguera)
    Si la luz es un espectáculo en Erg Chebbi, la falta de ésta también lo es. Cuando se produzca el ocaso todo se reducirá al negro más absoluto, la frialdad de la arena y un cielo estrellado. Y si lo acompañáis de una hoguera con vuestros compañeros de viaje e improvisados músicos marroquíes, mejor que mejor.
Conocer otra cultura
       No me cansaré de repetir que el verdadero patrimonio de Marruecos son sus ciudadanos. Pero dentro de la amplia riqueza humana marroquí, posiblemente sea la gente del desierto quienes tengan un enfoque vital y una forma de entender el paso de los días más particular. Ignoro si vivir rodeado de estos paisajes condiciona, pero os aseguro que saber escucharlos se puede llegar a convertir en la mejor lección de vida posible.
Qué ver en Merzouga y alrededores
      Erg Chebbi no sólo es importante como destino, sino como lugar estratégico desde el que conocer lo que esconden sus alrededores. Para ello será necesario “estacionaros” aunque, si me admitís el consejo, las jaimas sirven como experiencia única pero no son cómodas, por lo que lo recomendable es dormir a partir del segundo día en algún alojamiento en Merzouga; así podréis explorar el terreno con el sueño totalmente conciliado.
Familias nómadas
     Es fascinante comprobar cómo hay quien decide vivir en el desierto con un pequeño ganado como sustento y una vivienda compuesta por una o dos jaimas y un pequeño habitáculo de adobe para cocinar y conservar los alimentos; aunque, como ellos mismos dicen, su hogar es mucho más grande que el nuestro, pues el cielo es su techo. No debéis temer en acercaros: lo más probable es que acepten gustosos vuestra presencia y os inviten a un té.
Lago Dayet Srij y lago Yasmina
    El lago Dayet Srji está situado al sudoeste y es sólo es posible apreciarlo en épocas de lluvia (cuando deja de ser un pantano), pero es especialmente recomendable en Junio y Septiembre, pues recibe muchas aves migratorias, entre ellas flamencos rosas.
Otro de características similares es el lago Yasmina, situado al norte y que si bien es algo más pequeño, al estar situado a los pies de las dunas ofrece al mismo tiempo dos manifestaciones de la naturaleza en apariencia contradictorias
Ciudad de Orión, Escalera celeste y Espiral áurea
     Especialmente indicados para los apasionados a la arquitectura y las intervenciones en zonas naturales (comúnmente conocido como Land Art). Ubicadas en la meseta de Marha, son tres construcciones (o esculturas, según se mire) que, a la misma vez, impactan en el terreno pero parecen pertenecer a éste.
Erfoud y los fósiles
     Erfoud tiene como una de sus principales atractivos la extracción y pulidos de fósiles de canteras cercanas (si sois dados a la aventura podéis ir a la caza de los que se encuentran esparcidos entre las afueras de la ciudad y Erg Chebbi).
      La visita al taller de artesanía comienza con una primera explicación y muestra del proceso de pulido hasta convertir las piedras en los más variopintos objetos (figuras, platos, lavabos, …)  y una segunda parte en el que os llevan a la tienda y esperan que la explicación previa sirva para hacer caja.
Minas de kohl de M’Fis
     Estas minas fueron explotadas por los franceses para extraer principalmente plomo y zinc. Aunque ya prácticamente abandonadas, no es difícil imaginar las duras condiciones a la que eran sometidas los trabajadores por las altas temperaturas y los más de 40 metros de profundidad de los pozos.
      Su nombre se deriva del hecho de que el kohl, cosmético que utilizan la mayoría de las mujeres marroquíes como máscara de ojos, es negruzco y tiene como principal componente el sulfuro de plomo, aunque la naturaleza de este lugar poco tiene que ver con este producto.
Rissani. Mercado
     Si estáis en Erg Chebbi el martes, jueves o domingo es obligatorio que vayáis hasta Rissani, que es cuando tiene lugar el mercado más auténtico y animado de la zona. Aunque si sois de gustos tan peculiares como el mío, seguramente fotografiéis más el aparcamiento de burros, pues es éste el medio de transporte de muchos de los comerciantes que acuden al evento.
Taouz. Necrópolis y grabados rupestres
     A las afueras de Taouz se emplazan una serie de construcciones prehistóricas, formadas por la acumulación en vertical de lajas y con una puerta y una ventana de escasas dimensiones como únicos elementos de conexión con el exterior. En las cercanías también hay testimonios de otra época en forma de grabados rupestres, con la caza como principal motivo.
Diferencia entre Zagora y Merzouga
     No me gustaría acabar esta entrada sin hablar sobre un Plan B al que se suele acudir ante la falta de tiempo para ir a Merzouga desde Marrakech. Estoy hablando de Zagora, una población mucho más cercana a Marrakech (6 horas distan, casi la mitad) y que permite experimentar una experiencia parecida pues ofrece una zona desértica para el deleite del viajero con pocos días de vacaciones.
     Sin embargo, es importante señalar que no tiene el mismo paisaje bucólico, pues es mucho más árido y rocoso y con dunas más bajas. Por tanto, lo recomiendo estrictamente si no se dispone de más días y, una vez decidido, aceptar que si bien el espectáculo no es comparable, dos de las características principales del viaje se mantendrán, es decir: la belleza del trayecto y la mágica noche estrellada junto a otros viajeros 
     Aunque probablemente coincidan en una tercera particularidad: se obtiene una experiencia que te marca de por vida. Así me ocurrió a mí, pues la primera vez que vi el amanecer en el desierto de Merzouga un pensamiento me invadió la mente: “¿De verdad han hecho falta más de 20 años para poder vivirlo?”
      Además lo hice en fin de año, cuando la lógica dictaba quedar en familia. Fue una de las mejores decisiones que he tomado y cuando sentencié entregarme en cuerpo y alma a Marruecos.
     Si sólo pudiera dar un consejo a un viajero sería este: si dudas entre tomar la misma decisión de siempre o una opción diferente y más arriesgada, sal de tu zona de confort y decántate por la segunda. Probablemente sea la mejor forma de emplear tu tiempo y de cultivar tu mente.
Fuente: Agencia de viajes (siente Marruecos).
Información sobre la autora
Me llamo Mariluz Bejarano, soy ceutí de nacimiento y, además de ser una de mis principales pasiones desde pequeña, tengo la suerte de que Marruecos se haya convertido también en mi trabajo. Además de diplomada en turismo, soy agente de viajes, gerente y redactora en “Siente Marruecos”.

 

 

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