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Mi amigo Mike Britel: II- Una institución audiovisual (actualizado)
Testimonio personal


Era durante una recepción en la cancillería española en Rabat con motivo de la fiesta nacional de España.
Saliendo de la enorme sala, me encontré con Si Abdelilah Benkiran, entonces jefe del gobierno.
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¿Cómo está señor Britel?, me dijo cariñosamente
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Muy bien señor Abbas el Fassi, le respondí irónicamente
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No… no, lo siento: señor Jedidi, se precipitó a rectificar
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Es un honor que el jefe del gobierno de este país, en medio de un océano de amnesia se acuerde de una de las más firmes glorias de nuestro espacio audiovisual
El doble gesto del ex secretario general del PJD me agradó sumamente, corrigiendo, incluso, mi “ingratitud” hacia los que deben recordar y no recuerdan, algunos, incluso, se esfuerzan en no recordar.
Meki Britel, un supervívete de la era de los “monstruos” es como las células del pulmón que se no se regeneran. El hombre (entonces era joven, aunque, como diría la también legendaria redactora jefe de la redacción árabe de la radio nacional en la misma época, María Ammar “este hombre nunca envejecerá), vino, vio y se fue, dejando una escuela.
Una de las figuras más emblemáticas de la historia radiofónica de Marruecos, Meki Britel logro romper la exclusividad francesa de la calidad de la producción audiovisual, alzándose como estrella estelar durante décadas de la radio y la televisión marroquíes (RTM).
Hoy, en su cumpleaños, hablar de Mekki Britel, de sus múltiples cualidades, del hombre, del amigo, del inolvidable compañero (nos llamaban “Kasbur ue al maadnus” (perejil y cilantro)) sería una ardua tarea. Me limitaré a poner de relieve al hombre y su envergadura:
Independientemente de la ingratitud de unos y la memoria mortalmente corta de otros, en Marruecos, los responsables de buena son pertinentemente conscientes de que Meki Britel forma parte del patrimonio audiovisual nacional al que lo dio, desinteresadamente, todo sin recibir, dignamente, nada… absolutamente nada.
Pero… y no es poco que permanezca, gracias a nadie, incrustado en la memoria colectiva marroquí como un gigante de la información y de la comunicación.
Así son los grandes, prescinden siempre de los privilegios y las consideraciones “pret a porter”.
Una vez, en el apogeo de su carrera (que lo fue durante todo su pasó por la RTM) Mekki Britel fue solicitado por el difunto rey Hassan II quien le entregó un paquete de discos “retro” retocados, no sin advertirle hacer copias y devolverlos en el mismo estado.
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¿Necesita algo Sr. Britel?, le había preguntado el difunto soberano
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Su aceptación, Majestad