Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
Sin precedentes en los anales informativos, la polpotiana prensa argelina afine al régimen cuando hablan de su presidente precisan “el presidente argelino…”.
Es como si en Argelia existen otros presidentes de otras nacionalidades o bien que los argelinos no conocen el nombre de su presidente.
Insistencia, redundancia, adulación… los argelinos parecen haber acabado por olvidar a sus dirigentes.
Y es que la prensa teledirigida (interior y exterior) por la junta militar argelina constituye su enemigo N°1. Es responsable principal de la deterioración de la imagen del país y de sus dirigentes.
En las redes sociales se debe ser ingenuo para no saber por quién cantan (difaman) las sirenas españolas. Ignorantes como son, sus payasadas atentan directamente contra sus comanditarios argelinos.
En Argelia, la verdadera prensa es opositora, no desea colaborar con el régimen militar, lo acusa de atrocidades y lo responsabiliza del bajísimo nivel de libertades en el país y no son los mercenarios españoles en las redes sociales que lo van a negar y que son objeto de duras criticas por parte de la verdadera prensa argelina.