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Mohammed VI: uniendo el Sahel con el Atlántico, Mustafa Tossa

En otros medios: La Quotidienne

MustaphaTossa
Politologo
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El discurso del rey Mohammed VI con motivo del 48º aniversario de la Marcha Verde tuvo un tono particular: el de desplegar una agenda geopolítica para toda la región, con el Sáhara marroquí como punto de apoyo y de partida.

Se trata de explotar su posicionamiento atlántico como piedra angular de una nueva visión estructurante en beneficio de gran parte del continente africano.

El contexto internacional de este discurso no es ajeno a su gran ambición. Se caracteriza por una dinámica que ha establecido en todos los foros la soberanía de Marruecos sobre sus provincias saharianas. Marruecos había lanzado sucesivas actuaciones políticas, hasta el punto de hacer de su plan de autonomía la única solución a esta discordia regional.

Es en este clima de triunfo y de reconocimiento del derecho de los marroquíes sobre el Sahara, reconocido por la comunidad internacional, como acaba de anunciar al mundo entero la resolución 2703 de las Naciones Unidas, que el Rey Mohammed VI acaba de lanzar una nueva visión de futuro de los países africanos con la costa atlántica como riqueza y activo común.

Cuando Marruecos imaginó con Nigeria el famoso gasoducto que transportaría el gas nigeriano al continente europeo, ya había pensado en la necesidad de una alianza estructural entre todos los países atlánticos que atravesaría este nuevo gasoducto. Todos estos países se beneficiarían inevitablemente de la explotación de esta riqueza africana. En torno a este proyecto se pondrá en práctica la famosa teoría del pensamiento de la escorrentía en Europa.

A través de este proyecto revolucionario, Marruecos pone en práctica su filosofía que le ha ayudado a seducir los corazones de los africanos: una cooperación Sur-Sur basada en una apuesta en la que todos ganan, en el principio de la explotación común de las riquezas africanas por los países africanos. Inevitablemente nos alejamos de la lógica de la depredación económica para adoptar el principio del desarrollo común, de un surgimiento paralelo de las economías involucradas.

Este discurso de la Marcha Verde proporciona un marco político para esta estrategia marroquí, cuyo objetivo declarado es preparar las condiciones para una reactivación real de las economías africanas. Los países que tienen el Atlántico en común deben utilizar este inmenso activo para reescribir una nueva geografía política y crear una nueva solidaridad entre los países, para levantarlos e intentar sacarlos del subdesarrollo y del aislamiento.

Es también en esta nueva dinámica continental donde Mohammed VI propone un marco único: el de vincular los países del Sahel con el Atlántico. Hoy en día, el Sahel es la parte más vulnerable de África. Es un claro obstáculo para su despegue. Inestabilidad política crónica. Inseguridad endémica con proliferación de grupos terroristas. Economías ricas pero subexplotadas.
Una juventud abandonada cuyos únicos horizontes son el radicalismo o la inmigración. El rey Mohammed VI propone facilitar y organizar el acceso de estos países al Atlántico para que puedan escapar del confinamiento, conectarse con el mundo y compartir su riqueza con sus ciudadanos.

Es un proyecto de gran ambición para esta parte del continente africano. Y lo propone y apoya Marruecos, que ya desempeña su papel de vínculo entre África y Europa a través del Mediterráneo. El futuro proyecto estructurante del Soberano marroquí es movilizarse en torno a la costa atlántica, enlace directo con África y ventana al espacio americano. A esto se le llama poner la geografía al servicio de la geopolítica y la economía.

Esta visión real, realizada con determinación y confianza, muestra la esencia misma de esta famosa autonomía estratégica defendida por Marruecos durante muchos años, y que le concede este margen de maniobra para actuar y pensar en el futuro con total independencia y al servicio de sus intereses estratégicos.

Al actuar de esta manera, el Rey de Marruecos se comporta como un verdadero líder africano, cuya preocupación fundamental es el crecimiento y la prosperidad de las economías africanas. Envía un fuerte mensaje a los países africanos de que tienen todos los medios para poder imaginar y soñar con un futuro mejor para sus poblaciones.

El Rey Mohammed VI siempre ha glorificado el continente africano en sus discursos e insistió en un hecho esencial: este continente tiene todas las ventajas para salir de la crisis en la que vive. Necesitaba un marco económico y voluntad política. En su discurso, Mohammed VI destacó un componente esencial.

Publicado por: La Quotidienne

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