Portada de Muhammad (SAS) o la Cutura de Tolerancia de Said Jedidi
Dar Al Kutub Al Ilmiya
Beirut-Libano
said Jedidi, periodista y escritor, Embajador de la Paz (Circulo Universal Embajadores de la Paz)
“Dile ¿Acaso son iguales quienes saben y quienes no saben? Y por cierto que sólo reflexionan los dotados de intelecto”. (Azzamar, Los Tropeles, versículo 9).
El Profeta Mohammad (SAS) dijo: “Los dos bienes más deseables son la ciencia y la caridad y las dos cosas más detestables son la ignorancia y el egoísmo”.
Dijo también (SAS): “En el día del Juicio Final pesará la tinta de los sabios y la sangre de los mártires, no habrá ninguna diferencia entre ellas”.
Y también: “Buscad la sabiduría de la cuna a la tumba”.
La cultura como dice Roger Garaudy, “no es otra cosa que el conjunto de las relaciones que una sociedad o un individuo mantiene con la naturaleza, con los demás hombres y con Dios”.
En efecto, el tema de la civilización islámica aparece tratado, como lo advierte “Centro Cultural La Argentina) a menudo, en forma ligera en los trabajos de historia de la civilización o de la creencia.
El Profeta Muhammad (SAS) dijo: “los beneficios de la ciencia son superiores a los beneficios de la devoción”. O incluso: “Bebe de la sabiduría sin importar el recipiente que la contenga”.
Ninguna religión ni doctrina ha dado tanta importancia a la ciencia, a la cultura universal y a la sabiduría que el islam y su Profeta (SAS) el cual había dado un sentido revitalizado de la dignidad humana y de la inteligencia y un nuevo idealismo.
Efectivamente fue gracias al Profeta Muhammad (SAS) como había nacido una nueva era de espiritualidad en el arte y la literatura, de sinceridad personal y de servicio desinteresado, lo que había dado lugar a una cultura del orden, de tolerancia, de gracia y de la generosidad.
La humanidad o lo más razonable de ella reconoce hoy que el mejor legado del Profeta Muhammad (SAS) fue y sigue siendo su devoción por la virtud y su aversión por el mal y su pasión por el establecimiento de la justicia y de la moralidad, así como una disposición de pagar con su vida estas causas justas.
El Mensajero de Allah (SAS) remplazó la barbarie y la brutalidad por la cultura de la generosidad, la magnanimidad y la cortesía.
Con el Profeta Muhammad (SAS) el mundo había recuperado la vida y la justicia y la equidad se convirtieron en sus características. Los pobres y menos favorecidos adquirieron el valor y la valentía de reivindicar sus derechos frente a la arrogancia y la potencia. La clemencia y la generosidad se erigieron en tanto que normas.
En, tanto el Corán como en el Hadiz, abundan verdades científicas que la ciencia moderna corrobora y muchas de estas verdades científicas contenidas en el Libro Sagrado no habían podido ser aplicadas hasta el siglo 20, gracias a los progresos de la ciencia moderna. Se trata de temas científicos muy especializados como por ejemplo el ostrón, la expansión del universo, la forma esférica de la tierra, la rotación del sol y su viaje fatal hacia el Ápex, los espacios interestelares, las partículas subatómicas, la función de las montañas sobre la tierra, las olas internas en la profundidad de los océanos, la formación de la lluvia y el papel de los vientos y de las nubes, la embriología, el origen cósmico del hierro, la identidad oculta en las huellas digitales, los receptores del dolor entre los hombres, la función del lóbulo frontal en el cerebro etc.
Todas estas cuestiones, extremadamente complicadas y complejas fueron tratadas con precisión y concisión por el Corán. Más de 1 400 años después la ciencia moderna conforma, cada vez de manera más contundente los versículos coránicos.
La verdad es que el limitado conocimiento humano de la época no permitía verificar o encajar algunos datos científicos contenidos en el Corán y que no podían probar de manera indiscutible su origen divino.
Pero con el progreso de la ciencia moderna y la perfecta adecuación entre estos datos científicos y los versículos coránicos, difícilmente se puede comprender el escepticismo de algunos, menos aun, aceptarlo.