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Obstinación Polisarista: Una Garrapata contra la Evidencia Internacional

Hasta las narices

 

Permítaseme aclarar desde un principio que mi identidad carece de relevancia en el contexto actual. Quién soy, de dónde vengo o cuál es mi trayectoria son aspectos menores en comparación con la revelación que está por venir. A excepción de una única hermana, quien ha estado hospitalizada durante los últimos 11 meses en Nuakchot antes de decidir regresar a nuestra nación, Marruecos, el resto de mi amplia familia (compuesta por 15 miembros, entre parientes cercanos y aquellos más distantes) sigue cautiva del Polisario en los campamentos de Tinduf. Sin embargo, esta triste realidad permanece en la sombra para aquellos que confían en los intrincados senderos de los «derechos humanos » que se proclaman en España y en la constantemente invocada « solidaridad » internacional, una solidaridad que parece dirigirse de manera exclusiva y preferente hacia una ínfima fracción de los saharauis.

 

Resulta verdaderamente fascinante que, en pleno siglo XXI, los polisaristas sigan pensando que la petición de « revisar la postura hacia el Sáhara Occidental » es algo que se tomará seriamente. ¿Esperan que el mundo crea que la cuestión, ya de por sí resuelta y zanjada, necesita otro análisis minucioso como si se tratase de un complejo problema matemático?

La comunidad internacional, en su vasta sabiduría, ha reconocido de manera generalizada la seriedad y viabilidad de la propuesta de autonomía presentada por Marruecos. Sin embargo, parece que esta opinión les entra por un oído y les sale por el otro. ¿O será que la arena del desierto ha nublado su capacidad de comprensión?

¿Acaso no están al tanto de que la cuestión del Sáhara es un tema que ha sido objeto de discusión y análisis exhaustivos durante décadas? Es como si intentaran encontrarle tres pies al gato, cuando todos sabemos muy bien que un gato tiene cuatro patas y no hay más misterio que ese.

La insistencia en seguir con esta melodía desafinada, hablando de « fuerza de ocupación » y acusando a Marruecos de expansionismo, es simplemente hilarante. Es como si estuvieran interpretando -de forma pésima, por cierto- un guion de ciencia ficción en el que la realidad y la lógica se han perdido en un agujero negro.

Naciones Unidas, en su papel de mediador, ha dejado claro que la situación en el Sáhara no se resuelve con gritos, sino con un enfoque sensato y constructivo. Sin embargo, parece que prefieren ignorar este hecho y continuar su drama teatral.

El Sáhara marroquí, que lo entiendan de una condenada vez la banda polisarista y sus “patrocinadores gerontocráticos”, está lejos de ser un enigma por resolver. Es un asunto que ya tiene respuesta clara y contundente: El Sáhara está en Marruecos y Marruecos está en su Sáhara… Invitar al mundo a un análisis de una cuestión ya zanjada solo demuestra una desconexión sorprendente con la realidad y una persistencia asombrosa en mantenerse en una narrativa obsoleta. Estamos hasta las narices de este eterno cacareo estéril…

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