Guergarat, sin milicias del Polisario y con el tràfico para todos
Said Jedidi es periodista y escritor, embajador de la paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz y presidente nacional (Marruecos) de la Asociacipn mundial de escritores en español
Cuatro explosiones se produjeron en la noche del sábado al domingo en la ciudad de Es-Semara, causando la muerte de una persona y heridas a tres, dos de las cuales se encuentran en estado grave.
Según su comunicado, el procurador general del Rey ante el Tribunal de Apelación de Laayun ha confiado al equipo de investigación la realización de los peritajes técnicos y balísticos necesarios a fin de identificar el origen y la naturaleza de los proyectiles.
La misma fuente subraya que el procurador general del Rey ante el Tribunal de Apelación de Laayun velará por establecer los efectos jurídicos que se imponen a la luz de los resultados de la investigación.
Todo el mundo sabe que, en vísperas de un examen del “problema” del Sahara, este tipo de travesuras, que no puede haber tenido lugar sin el aval y el consentimiento del mentor argelino cuando no su asistencia técnica, se ha convertido en el folklore polisarista
En efecto, serenamente pero irreversiblemente se esperan las conclusiones de dicha investigación para establecer los efectos jurídicos y evidentemente militares para proteger a los civiles.
Como todas las bandas terroristas, el Polisario, incapaz con las FAR, se dedica a los asesinatos de los civiles, por lo que se debe poner fin a las zonas de donde procedieron los proyectiles para que nunca más vuelvan a intentarlo.
A estas alturas no seria atinado avanzar teorías, teniendo que esperar los resultados de la investigación en curso.
No obstante, el episodio de Al Guergarat ha mostrado su eficacia a poner fin a las amenazas terroristas y a la protección de los ciudadanos en la zona.
Los puntos de amortiguamiento tienen una finalidad establecida por la ONU y, de ninguna manera deben convertirse en otra cosa, menos aún, en una base de ataques contra poblaciones civiles.
Marruecos, como lo hizo en Al Guergarat, tiene medios de aplicar el derecho internacional.
A los mercenarios del Polisario se les debe confinar en su Guantánamo argelino de Tinduf.