Jihane Jedidi es optica/periodista directora de comunidad infomarruecos
Foto: Jedidi Media
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Me contaba esta mañana mi amiga y cliente Narjiss que, cada vez que viaja en verano o un poco antes se siente deprimida.
Conocida entre sus amigas/amigos como una “intratable” militante del medio ambiente, la joven lo explica con palabras fáciles, pero sentido profundo: “Los riachuelos agonizantes, la flora que comienza a secarse y un paisaje triste que augura la amargura”.
Narjiss estuvo el pasado fin de semana con su puente en Tánger. “Da la triste impresión de que la pobre naturaleza no lo judo resistir”.
La joven recuerda que “es el riesgo de viajar en verano”, recordando, no obstante, que en otra estación es del ano desde la ventana del coche apreciamos la verdura, la flora que sonríe y, alegres, los ríos y riachuelos corren, emitiendo un sonido relajante de su agua al fluir. “Todo un placer y todo un osto”.
“Trataré de no viajaré más en verano”, enfatiza Narjiss con un tono entre ironía y firmeza.