Llevarse a la garrapata de Ghali a Johannesburgo era un error mortal
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
En los campamentos argelinos de Tinduf todo el mundo habla de los 3 millones de dólares que va a costar la construcción de un palacete para el jefe de la Milicia, el refugiado, Al Ghali, Al Mostafa Assayid.
Preguntas… preguntas… ¿De donde trajo los 3 millones de dólares si la ayuda humanitaria internacional es constantemente malversada y robada?
Luego… un palacete. ¿Para qué? No cabe la ¡menor duda de que el hombre ha dejado de pensar en Layun o Dajla. Construye su futuro y el de sus hijos. Un día reivindicará la republica de Tinduf.
Lo incansable, incansable es y será… Nunca se hubiera atrevido sin el aval del mentor argelino.
Como él, todos los caciques del Polisario han llegado a la explicita realidad de que, a falta de sonar con el Sahara marroquí, una dosis de realismo: preparar el futuro donde se puede y solo en Tinduf pueden y podrán …
Curiosamente el mentor argelino no ha dicho, hasta ahora, esta boca es mía. Con o sin palacete habrá siempre comisiones tanto en la ayuda humanitaria como en los tráficos por los hombres de Ghali.