Cronica desde TindufFeatured

Polisario, “RASD” y otras alucinaciones: ¿Quién cree aun en Argel?  

La verdad combatida

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.

Una buena pregunta que la junta militar argelina trata de evitar a toda costa. ¿Quién cree aun en Argel en una entidad ficticia en el Sahara marroquí? Un dilema que asusta porque otras casi medio siglo, el régimen militar argelino se está dando la perfecta cuenta de que está en arenas movedizas.

¿Qué hacer? Lo sabe y lo quiere saber.

En su gulag de Tinduf, la fe en su proyecto separatista hace tiempo que se ha resquebrajado. NO seria exageración alguna que, a pesar de la feroz represión, ya nadie o casi nadie cree ni a los argelinos ni a sus domésticos polisaristas.

Las informaciones sobre el Sahara marroquí, su desarrollo, su vida cotidiana, su libertad y su progreso constituye una temible brújula para el Polisario y su mentor argelino.

La gente no es ingenua. El silencio saharaui de la mayoría es revelador a más de un título. En la cúpula de la milicia se prefiere el mutismo. “En Argel las ordenes e instrucciones vienen a cuenta-gotas” reconocía un “responsable” frustrado.

Tarde o temprano Argel prescindirá de su soberbia y buscará una salida.

¿Sabéis qué salida? La dirección del Polisario lo sabe. Signo de tiempos.

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