Claro y contundente mensaje de los jeques y dignatarios saharauis del MSP al Polisario y a sus apoyos
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
Desde hace tiempo, no es fácil encontrar a algún ingenuo en este Guantánamo argelino en Tinduf, acariciar aun el proyecto separatista. Están porque no pueden irse y no denuncian porque aquí la denuncia conduce a la pérdida de la vida.
Tanto para Argelia como su milicia del Polisaria se trata ahora de no dejar que sus rehenes en los campamentos sepan la verdad… en espera, para la primera de encontrar una solución y para la segunda acumular más riquezas.
“No se repite más que la oración sobre el Profeta. Esto se ha acabado”. Una reflexión que circula con la velocidad de la luz sin que se sepa quién lo ha dicho ni cuando lo dijo.
Nadie en estos campamentos ignora a qué sirve, tanto para la junta militar argelina como para sus domésticos del Polisario.
La gente sabe que se vive el tiempo agregado. La cuestión ha sido, hace tiempo, definitivamente zanjada. Los que ha podido pasar al otro lado del telón de acero lo han hecho. Los que no lo han podido esperan hacerlo un día… hasta entre los caciques del Polisario hay quien tiene preparadas sus maletas.
Son tiempos de reflexión… tiempos de dejar de soñar.