Los votos y deseos de los secuestrados de Tinduf: Que caiga este telón de acero
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Dos Polisarios, dos negocios o, mejor dicho, el gran negocio y su sucursal. Uno vegeta en campamentos argelinos de Tinduf. Otro en lujosas casas y mansiones en Layun o Dajla con sueldos y salarios que nadie sabe cuántos ni como vienen ni por qué « mérito ».
Aprovechando el clima de libertades individuales y colectivas en Marruecos, algunos asalariados de Argelia en el Sahara marroquí no secan sus provocaciones y sus desafíos al orden público. Actual publica e impunemente, lo que plantea la imperiosa pregunta de ¿Qué hace el Polisario en Tinduf (Argelia)?
Evidentemente la respuesta es obvia, bastaría echar un vistazo a las cuentas bancarias de los miembros de la cúpula de la banda del Polisario y, como dato suplementario a los estómagos de sus rehenes en el gulag argelino de Tinduf, para conocer la realidad y sus entresijos.
“Causa” y caso. El gran negocio que exige refugiados y refugiadizados. El obscuro negocio que exige hambre y pobreza. El criminal negocio que exige represión y terror.
Un “presidente” ex chivato franquista y sus 40 milicianos exageradamente enriquecidos después de no haber tenido donde caerse muertos y el mentor argelino que, pese a sus problemas sin solucio, interiores, cada vez que el barril del crudo sube un dólar, destina parte de él a sus milicias en Tinduf y a sus vende patrias en el Sahara marroquí. Menos que antes, eso sí, lo que explica la devaluación del fervor de muchos, algunos/algunas de los cuales se han convertido en cadáveres políticos.
Seguirán vendiendo ilusiones mientras que Estados Unidos prepara y forma en Dajla a sus habitantes a convertirse en líderes regionales.