En el Sahara marroquí, los niños saharauis van a la escuela. En el gulag argelino de Tinduf, van a los cuarteles.
Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)
En un twitteo esta mañana, el primer secretario del Movimiento de los Saharauis por la Paz; Hay Ahmed Baricalla escribía:
«Hay grupúsculos y personajes de la izquierda radical que prefieren se eternice el problema del Sáhara.
Se dedican a recabar ayudas a los refugiados saharauis y de paso se dan una vuelta por Manhattan y Bruselas. Hay que «salvar» a la de los huevos de oro.»
O sea, fobia a la paz y la distensión entre hermanos. Pero se debe aclarar que ni son por principios ni por ética moral ni por ideología política. Ni el Polisario ni Marruecos. O lo que es igual: ni amigos ni enemigos, sino los intereses, financieros para unos (el muy rentable negocio de la ayuda humanitaria y de los diversos tráficos en la región del Sahel), políticos o politiqueros para otros.
Una gallina de huevos de oro que los esfuerzos por la paz y la concordia pueden matar, privando de esta forma a los que chupan desde hace casi medio siglo de un negocio fácilmente rentable y que deben, por tanto, perpetuar.
Quitarles, pues, esta chupa, significaría privarlos de una considerable en tiempos de elecciones o en tiempos de negocio.
Ni les interesa los niños militarizados, ni la escandalosa situación de la mujer en el gulag argelino de Tinduf ni el trato tribal medieval que prevalece en el 2023 en los campamentos. LO suyo son los dividendos y la “causa” saharaui los general a punta pala.
El MSP o Marruecos con sus manos tendidas a la paz y a la conciliación son sus enemigos.
En los campamentos nadie lo ignora. Los conocen y conocen sus viles intenciones y sus miras mercaderes.
Pero, lamentablemente, gracias a ellos y a sus comanditarios argelinos, la tragedia dura desde hace 48 años y puede durar mientras hay inconciencia e ignorancia de sus criminales fines.