Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)
En la vecina Argelia, siempre se ha creído que Marruecos debe servir imperiosamente como el chivo expiatorio para la preservación del régimen.
La ilegitimidad hace que el régimen militar o con fachada civil buscara siempre un “enemigo exterior” y no cesar de hablar de la “teoría de la conspiración”.
Para la actual junta militar es ineludible presentar a Marruecos, además de imaginario, enemigo, inferior a él.
En este surrealista orden de ideas, los medios de comunicación afines al régimen militar (que son casi todos en el país vecino) no conocen ni economía ni cultura ni deporte ni absolutamente nada salvo Marruecos y sus inventados trapos sucios. Les pagan para calumniar y calumnian a lo largo y ancho del día.
Así las cosas, la junta militar argelina es consciente de que la memoria popular es corta por lo que se debe martillar constantemente para que los argelinos no olviden de que Argelia es superior y que el resto del mundo, especialmente el vecino marroquí está en declive.
Lo curioso o lo extraño es que, a fuerzas de martillear las difamaciones contra Marruecos y a falta de una estrategia de comunicación marroquí ante este curso ascendiente de escalada, las mentiras mil veces repetidas del régimen, como diría Joseph Goebbels, están encontrando oídos receptivos entre los argelinos.
