Permítaseme aclarar desde un principio que mi identidad carece de relevancia en el contexto actual. Quién soy, de dónde vengo o cuál es mi trayectoria son aspectos menores en comparación con la revelación que está por venir. A excepción de una única hermana, quien ha estado hospitalizada durante los últimos 11 meses en Nuakchot antes de decidir regresar a nuestra nación, Marruecos, el resto de mi amplia familia (compuesta por 15 miembros, entre parientes cercanos y aquellos más distantes) sigue cautiva del Polisario en los campamentos de Tinduf. Sin embargo, esta triste realidad permanece en la sombra para aquellos que confían en los intrincados senderos de los « derechos humanos » que se proclaman en España y en la constantemente invocada « solidaridad » internacional, una solidaridad que parece dirigirse de manera exclusiva y preferente hacia una ínfima fracción de los saharauis.
El genial director y actor de cine británico Charlie Chaplin dijo: “El mundo no lo destruyen los malos, sino los cómplices que no denuncian”, o tergiversan en función de su ideología, como el presidente de Estados Unidos.
Estados Unidos, miope, cojo y mortalmente irracional. La democracia del cachondeo. Los valores morales de pandereta. La originalidad y la autenticidad se fueron con los indios rojos, cuya siniestra “fórmula” propone ahora Biden a su coprotagonista del horror, Netanyahu.
‘Si no existiera Israel, la habríamos creado”. No hace falta, Sr. presidente. Allí está el triste y horrible patrimonio de masacres y atrocidades de su criatura y su protegida.
Es que no se trata ni de política ni de geopolítica ni de geoestrategia. Se trata, así de simple y así de racional, que ni Biden ni su secretario de Estado pueden comprender, de la justicia mundial. Una justicia que acabará por prevalecer y en la que todos los criminales de guerra y de paz, así como sus cómplices y apoyos, acabarán ante el tribunal penal internacional.
Lo que es, hoy por hoy, un simple pero noble voto, es la mismísima lógica de la sensatez.
No se borran pueblos, no se borra historia, no se borra la realidad. Lo que hoy parece un simple deseo, mañana será realidad. ﴾ Así es como alternamos los días entre los hombres﴿ (Sagrado Corán).
