¡Sir, Sir y Sir! El sábado fue un día lleno de emociones en el Parlamento español. El régimen argelino estaba al borde de su asiento, con una sonrisa traviesa, esperando que la fortuna lo favoreciera, ya sea que le saliera alguna rana mágica o un conejo del sombrero del Presidente Tebboune. Pero, como decimos por estos lares, « los barcos nunca van donde los vientos quisieran llevarlos ». La coalición de derecha, dirigida por Alberto Núñez Feijóo, no logró ese ansiado voto de confianza para formar un gobierno. ¡Un chasco para el régimen argelino!
Parece que el acuerdo entre el régimen argelino y la coalición de derecha no salió como esperaban. El régimen tenía grandes expectativas: reconocimiento del Sahara marroquí y cortar la cooperación con Rabat. Pero, ¡oh sorpresa! Feijóo y su Partido Popular (PP) no pudieron unir los apoyos para una investidura. Cosas de la vida, ¿no?
Este tropiezo le da una segunda oportunidad al socialista Pedro Sánchez, el actual primer ministro y aliado de Marruecos. Sánchez, el defensor del reconocimiento del Sahara marroquí y el refuerzo de la cooperación con Rabat, ahora tiene la posibilidad de seguir siendo el favorito de Marruecos si retoma el cargo de Primer Ministro. ¡Doble chasco para el régimen argelino!
El régimen argelino puso todas sus fichas en Feijóo y su tropa de derecha para debilitar la posición de Marruecos y respaldar a los milicianos del Frente Polisario. Pero parece que la suerte no le ha sonreído. El Polisario, esa carta en la manga del régimen argelino, no parece ser tan efectivo como pensaban. ¡Un tercer chasco!
En fin, la vida da vueltas, y a veces, aunque parezca una buena apuesta, las cosas no salen como uno espera. De aquellos polvos vienen estos lodos. ¡Los azares del destino no entienden de acuerdos políticos!
