Lo dijimos hace días y sigue siendo como dijimos: el ministro argelino de relación es exteriores Ramtame Lamamara no habla, desde hace días, más que de Marruecos. Tanto que en Argelia cierta prensa libre ha propuesto que se le nombrara “Ministro de exteriores, encargado de Marruecos”.
El hombre roza la locura. Los éxitos diplomáticos, el prestigio del reino en el continente y una coyuntura internacional lo menos que se pueda decir es que está clara y fehacientemente en contra de Argelia y su tiranía acaparan todos los pensamientos y todas las actividades del jefe de la diplomacia del país vecino.
La indiferencia de Rabat exacerba su rencor hasta el punto de cometer deslices inaceptables hasta para Argelia.
En este caso cuentan que a un periodista que le preguntó como puede pensar así de la reintegración de un país africano como Marruecos en la Unión africana, el Sr. Lamamara respondió categóricamente: “Argelia siempre estuvo siempre con África, no con los africanos”.
De hecho el mal que está causando a su país y el efecto inverso de su marroquí-fobia impactan realmente de manera negativa sobre la política exterior de Argelia y sus pretensiones a todos los respectos
Tanto sobre el plano interior y la grave crisis socio-económica como sobre el plano continental o internacional Argelia comienza a acusar un grave déficit de confianza y de consideración.
Consagrarse exclusivamente durante días a un vecino no es procedimiento sano y profesar tanto y tan injustificable odio hacia un país como Marruecos, africano y fundador de su organización continental por el mero hecho de expresar su deseo de volver a recuperar su natural posición africana tampoco puede ser considerado como normal.
¿Qué es lo que ha hecho/hace Marruecos a Argelia? ¿Quién en marruecos habla de Argelia?
Que responda su ministro de Exteriores por lo menos así comprenderemos un poco la razón y el motivo de tan enigmático odio hacia una vecino como Marruecos, según todos y los variados criterios, ejemplo de corrección.