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“Relatos del Corán” (Historias de los profetas) Hoy: Capitulo 14, JOSÉ, (6), José entre sus hermanos y su padre De Mohamed Ahmed Jad Al Maula, Mohamed Abu Al Fadel Ibrahim y Ali Mohamed Al Bajaui Al Said Chatta. Traducido por Said Jedidi y editado, por Dar AlKotob Al Ilmya

Especial Ramadán

Cuando las demás mujeres constataron que estaba determinada a ir hasta el final, sin reflexión ni miramiento hacia su posición social, decidieron tratar de convencer a José a someterse a la voluntad de la esposa de Putifar. Una de estas mujeres dijo: “O joven ¿Cual es la causa de esta obstinación y de renuncia? ¿No has tenido piedad de la que se te entregó gratuitamente? ¿A caso no has visto su belleza y su seducción? Esta mujer es tan bella que atrae la atención de todo el mundo. Nadie resiste. Tu eres un hombre y a ti te gustan las mujeres como todos los demás. El placer es una exigencia para ti.

La segunda mujer agregó: “¿Si la belleza no te interesa, no ves que es una mujer inmensamente rica y dotada de un  poder? ¿No has observado su soberanía y su dignidad entre nuestro pueblo? Todo este palacio y lo que contiene estará a tu disposición si te pones a reflexionar”.

La tercera precisó: “Supongamos que ni el dinero ni la belleza atraen tu atención, ¿esta amenaza no te da miedo? Te van a meter en la prisión para un periodo indeterminado, tal vez a perpetuidad. Ni siquiera nosotros conocemos o podamos conocer la envergadura del dolor que vas a sufrir. Te seria infinitamente más fácil aceptar lo que te exige que persistir en esta absurda postura. Vas a ganar de una piedra dos golpes: por un lado, la belleza y la riqueza y la libertad y la salvación, por otro.

Todas comentaban, cada una a su manera con el objetivo de influenciar a José e incitarle a aceptar el error y el pecado. Sin embargo… José se negaba rotunda y categóricamente aceptar esta vía. La amenaza y la seducción eran insignificantes ante su obediencia a Allah. Era con consciente de esta realidad pero aun  tenía miedo de caer en la tentación o de cometer en un instante de debilidad una falta mal honesta. Se refugió ante Allah, implorándolo ayudarle en este difícil momento para evitar un falso paso y convertirse de esta manera en una presa del arrepentimiento y de la difamación. Buscaba protegerse contra todas las confusiones, diciendo: “Señor, prefiero mil veces la prisión al acto al que me instan estas mujeres”.  El malestar y la inquietud que me causarían la obscuridad y la soledad me serán más fáciles que discutir con los ignorantes. Al estar allí, daré una buena prueba de paciencia y me entregaré a Ti No lamentaré haberme separado de esta pena cotidiana. Al contrario, al estar aislado seré más creyente, más sólido en mi fe. Contemplaré la naturaleza y la creación. La prisión me pondrá en la buena vía y tendré la inmensa suerte de conocerte mejor. La ocasión de entregarme exclusivamente a TI me es más fácil que permanecer entre esta gente insensata. Deseo prepararme para asumir la responsabilidad de la profecía de la manera más perfecta para ser digno de llevar este título. Tú me Has Prometido Suceder en la tierra a mis ancestros, Abraham e Isaac. Tu promesa es Verdad y Tu Palabra sinceridad. Si me quedo entre estas mujeres podrían influenciarme con sus palabras y disuadirme a sucumbir a esta tentación mal honesta. La verdad es que Satanás prometió seducir a tus servidores y yo, al fin y al cabo, no soy más que un joven pleno de vivacidad. Si no Me Preserves de sus pecados, acabaré cediendo a mi inclinación por ellas.

Ante estas ingeniosas maniobras y estas trampas intencionadamente hábiles, José se armó de paciencia, logrando auto controlarse. Desde el comienzo se negó a caer en la tentación, estando firme y resuelto en su decisión. Nunca se había atrevido adirigir su mirada hacia su ama a pesar de que ésta no cesaba de tratar de seducirlo, aprovechando la menor oportunidad para atraer su atención para transmitirle su amor. José salió indemne y la verdad estalló ante propios y extraños. Entre la seducción de las mujeres y las coyunturas del acto de adulterio al que le invitaba constantemente la esposa de su amo, su inocencia, sus nobles caracteres rechazaban cabalmente toda acusación tendente a atentar contra su buena reputación. Su respeto por Putifar era evidente y su fidelidad a esta casa que lo acogió era incontestable.

 

(Continuara)

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