Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Ve impotente como, con infinitamente más realismo y pragmatismo geopolítico, Estados Unidos desembarca con todo su peso y su arsenal jurídico en su “ex colonia”. Por lo que, a falta de Sahara, buenas son Ceuta y Melilla.
Sondeos, amenazas imaginarias y la teoría del complot. Cierta trasnochada prensa española ha superado a la polpotiana APS argelina.
A creer una y otra la caída de la capital marroquí no es más que cuestión de días, por no decir horas. Según APS y sus acolitas de España Marruecos no puede resistir un día.
Mientras tanto, en la realidad, la Dajla marroquí se dispone a inaugurar la embajada americana después de ver iniciadas las actividades de muchos organismos e instituciones financieras americanas.
¿Lo que significa esto? Que la APS, sus mentores argelinos y sus aliados españoles no pueden soportar que los saharauis… todos los saharauis, los del Sahara marroquí y los del territorio ocupado de Tinduf disfrutaran de bienestar, de progreso, de estabilidad, de paz y de prosperidad.
De tal modo que si no es el Sahara, que se acaba, es Ceuta y Melilla y si no son las dos ciudades ocupadas seria otra cosa…
Rehén de su obscura y abstracta línea editorial y presa de sus inversores anti-marroquíes, esta prensa española está dando sus últimos coletazos antes de que la luz de la verdad la cegara totalmente.