El Layun: La otra marcha de Marruecos: La del desarrollo y del bienestar de la población
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna pueda llegar.
Sin que nadie se lo preguntara, las autoridades oficiales francesas afirman que entre Paris y Rabat no hay ninguna crisis.
Sin embargo, su TV5, su Le Monde y sus mafias parlamentarias no cesan de complotar contra Marruecos, su soberanía y su integridad territorial.
Por su parte, los marroquíes (de a pie) creen firme y legítimamente que si hay crisis y muy gorda que nadie puede prever su dimensión y su extensión.
No es la primera vez que Francia obra de este inamistoso modo con Marruecos, pero ahora con la luna de miel con la junta militar argelina, su guerrilla contra su “socio estratégico” marroquí se ha intensificado.
La razón y el sentido común aconsejan repasar los desenlaces de crisis anteriores y los resultados y consecuencias de otras conspiraciones francesas contra Marruecos.
Marruecos hace la mejor gestión de su presente y prepara de la mejor manera su futuro con una agenda con todas las probabilidades y todos los, como se dice ahora, planes B.
A Marruecos no le asusta la alianza franco-argelina ni sus golpes bajos… ni Le Monde ni TV5 que, por cierto, en Marruecos y en África casi nadie lee ni ve.
Tranquilo y clarividente, Marruecos no descarta ninguna eventualidad, consciente de que las conspiraciones gratuitas siempre dejan graves traumas. Map