Por ti, sublime Palestina,
Rompo sueños fértiles
Y derramo mil lágrimas preñadas.
Es por ti que nace mi verso
Cien años en un solo día.
Es por ti que fluyen refulgentes ríos de tinta.
Es por ti que veo candados
En contra de risas y carcajadas.
Por ti, sublime Palestina,
Mis horizontes límpidos y transparentes,
Y mis auroras imperiosas
Se precipitan como pueden
Para verte,
Para tocarte,
Para abrazarte…
Y sudan a fondo, muy a fondo…
Para consolar tus senos afligidos,
Para reverdecer tus olivos cenizosos.
Y mucho más, por tu madrugada merecida,
Dar de sol y de luna me permito
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