El Islam defiende una justicia económica, todos los seres humanos deben tener sus necesidades básicas cubiertas. Presenta formas para acortar la diferencia entre pobres y ricos:
1) Las leyes musulmanas sobre la herencia establecen que 2/3 de la fortuna del difunto han de pasar a sus parientes de acuerdo a un baremo fijo, mientras que el tercio restante puede ser legado libremente por testamento. De este modo se asegura una amplia distribución de la riqueza y se protege a los parientes más próximas.
2) El Islam condena la insitución del interés en cualquiera de sus formas y presenta en su lugar el Zakat, un impuesto del 2´5 sobre el capital inactivo que se extrae de las clases más ricas para los pobres que no tienen las necesidades primordiales cubiertas.
El Islam no defiende una forma particular de gobierno, aunque desaprueba el sistema hereditario. La primera obligación impuesta a un estado es promover el bienestar moral y material de los intereses de su pueblo. Las responsabilidades de un gobierno han de ser siempre desempenadas con justicia y solidaridad, apoyando los principios básicos de derechos humanos. Dice el Coran: Allah os ordena que entreguéis los depósitos a quienes sean dignos y que cuando juzguéis entre personas lo hagáis con justicia (4-59).
El Islam ha otorgado a las mujeres derechos igualitarios a los hombres. E ha establecido claramente una serie de leyes relativas a la herencia que salvaguardan sus derechos.
El Islam garantiza al hombre la libertad de conciencia, de palabra y de expresión, pero se opone a la blasfemia, en base a aspectos éticos y morales, pero no se ordena ningún castigo físico, en contra de los que se piensa en el mundo actual. El Santo Profeta nunca declaró que la blasfemia fuera un crimen que se pueda castigar.