Argelia y su Polisario: crónica de una quiebra anunciada
Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)
Con el tiempo se desmontan las imposturas que pueden durar cierto tiempo, pero acaban como deben acabar: en aguas de borrajas.
Ahora parece que el esfuerzo de la creación del Polisario por el difunto coronel libio Maamar Gadafi tenia un alcance geopolítico.
Además de derribar la monarquía en Marruecos de lo que se convenció, rápidamente que era literalmente imposible, de tal modo que el primer gesto del llorado rey Hassan II el difunto coronel no tardó en remodelar sus planes y sus estrategias, optando por el espejismo de la Unión africana con Marruecos para neutralizarlo en el Sahara.
Pero el difunto mandatario libio tenia otra obsesión: el liderazgo magrebí al que no podía aspirar sin encontrar un “problema amistoso” a su aliado argelino. Gadafi no lo pensó dos veces, absteniendo a su papel de padrino del Polisario, obsequiándolo a su homologo, el difunto coronel Huari Boumedian.
En un agujero ( Magreb árabe) no caben dos serpientes.
Gadafi no se había equivocado. La paternidad de Argelia del Polisario le ha costado, desde entonces, su progreso, su imagen y hasta su esperanza. Con una milicia inútil y, además mortalmente costosa, el régimen militar argelino no podía ir lejos.
En lo único que se había equivocado el difunto mandatario libio fue que no ha vivido para comprobar el éxito de su plan.