Espeluznantes testimonios de la tortura del genocida Al Ghali Al Mostafa Assayid y sus verdugos contra sus oponentes
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
A las poblaciones de estos tristes campamentos argelinos de Tinduf y a los amantes de la paz y de la justicia en general, les gustaría “descifrar” las “explicaciones oportunas” de la Jefa de la diplomacia española sobre el caso de una falsa identidad y de una más que equivoca nacionalidad.
Arancha González Laya se refería a Marruecos (marroquíes) y a su profunda herida que debe tardar por cicatrizar.
Resulta que, cuando menos, imposible, creer que hay “explicaciones oportunas” a un misterio de Estado, cuyas incógnitas siguen todas, hasta ahora, indeterminadas y no despejadas.
¿Cómo se puede concebir a una justicia que afirma determinar la identidad de quien ha entrado a España con una falsa y que responsables más autorizados lo han reconocido como la Ministra de Exteriores?
Difícil de creerlo, menos aun “tragarlo”.
Luego, ¿tan fácil es entrar a España con una identidad y nacionalidad falsas? ¿Dónde estaba la seguridad del aeropuerto español?
Luego… ¿Cómo explicar el extralimitarse a sus prerrogativas y atribuciones para sellar una transacción con una potencia extranjera sobre el jefe de sus milicias, objeto de múltiples órdenes de busca y captura en España?
¿Por qué, cómo y a qué precio?
Francamente a servidor le parecen muy pocas “oportunas” las “explicaciones” de la señora Laya.