Fikri SOUSSAN
Profesor en el Departamento de Estudios Hispánicos de Dher El Mehrez en Fez
En el intrincado mundo de la política y las relaciones internacionales, cambiar percepciones y actitudes se convierte en una necesidad primordial para establecer vínculos sólidos y constructivos entre naciones. Desde esta perspectiva, surge una pregunta intrigante: ¿puede el acto de viajar catalizar un cambio en la visión que el partido político español Vox tiene sobre Marruecos?
La conocida expresión « Homo Viator » nos brinda un enfoque para abordar esta cuestión. Al combinar el nombre de Vox con el término latino « viator », que significa « viajero », se sugiere la posibilidad de un viaje que va más allá de lo geográfico, convirtiéndose en un camino de transformación en la percepción y actitud de Vox hacia Marruecos.
La noción de « Vox Viator » invita a la exploración, al descubrimiento y a la apertura de nuevos horizontes, instándonos a trascender las limitaciones de las perspectivas convencionales. ¿Podría Vox adoptar una posición de « viajero » político, dispuesto a aventurarse más allá de narrativas preconcebidas y estereotipos arraigados?
En su destacada obra « El Sentido del Viaje », Patricia Almarcegui reflexiona sobre cómo los viajes pueden transformar nuestra percepción del mundo y enriquecer nuestra comprensión de otras culturas. De manera similar a cómo los viajeros literarios exploran tierras desconocidas a través de las palabras, Vox podría emprender un recorrido político hacia una comprensión más profunda de Marruecos.
La retórica política a menudo resulta desafiante e incluso negativa, lo que dificulta la construcción de puentes y la búsqueda de soluciones compartidas. Sin embargo, el viaje, en su esencia, es una experiencia transformadora que permite a las personas ir más allá de narrativas preconcebidas y comprender la realidad desde nuevas perspectivas.
Imaginemos por un momento que los miembros de Vox aceptan una invitación para visitar Marruecos. Durante su estadía, tendrían la oportunidad de sumergirse en la rica cultura, historia y vida cotidiana de la nación marroquí. Al interactuar con la gente común y experimentar de primera mano la diversidad de Marruecos, podrían comenzar a cuestionar sus propias percepciones y estereotipos.
El viaje no solo expondría a los miembros de Vox a una realidad diferente, sino que también les permitiría establecer conexiones personales con individuos marroquíes. Estas conexiones humanas pueden desempeñar un papel fundamental en la transformación de actitudes y creencias. A medida que los estereotipos se desvanecen y se logra una comprensión más genuina, la visión de Vox hacia Marruecos podría evolucionar.
Sin embargo, es crucial resaltar que el cambio de perspectiva no ocurre automáticamente. Requiere una mente abierta, empatía y la disposición de aprender. El viaje puede marcar el inicio de este cambio, pero la verdadera transformación radica en la voluntad de los individuos para reconsiderar sus opiniones y comprometerse en un diálogo auténtico.
Aunque el viaje en sí no garantiza una transformación completa en la visión de Vox hacia Marruecos, sí puede servir como un punto de partida trascendental. La acción de viajar puede abrir las puertas a nuevas comprensiones y, potencialmente, allanar el camino para un diálogo más constructivo y colaborativo entre ambas partes. Como afirmó Mark Twain: « Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente ». En este contexto, el viaje podría convertirse en el medio para modificar la visión y establecer relaciones más enriquecedoras y positivas.
Por lo tanto, ¡damos la bienvenida a los miembros de Vox a Marruecos! Pero eso sí, como bien aconsejó Gonzalo Fernández Parrilla en su obra « Al Sur de Tánger », dejando en casa los tópicos y complejos de superioridad.