Inconsciente o, quizás, consciente de lo que acecha realmente la región, la Liga árabe o los que la han comprado han vuelto a equivocarse de enemigo.

Mientras tanto en Siria, en Irak y asimismo en otros países árabes, contrariamente a lo que se esperaba, Daesh no ha sido la peor invención americana contra el mundo árabe-musulmán. Una de ellas pero no, ni la peor ni la ultima. Una del montón. En el Pentágono hay muchas otras y en las cancillerías y estados mayores occidentales no se espera más que un guiño desde Washington.

En efecto, cuando aún no  ha terminado la amenaza terrorista inquietantes informaciones procedentes del Kurdistán iraquí señalan la destrucción de casas de familias árabes y, desde hace semanas, una sistemática limpieza étnica en ciudades con mayoría kurda.

¿Y la Liga árabe? Está preparando un proyecto para declarar a Irán país que apoya al terrorismo. ¿Qué terrorismo? De hecho ¿Quién, según todas las evidencias y todos los indicios objetivos o subjetivos apoya al terrorismo?

Dentro de la Liga árabe nadie lo ignora, pero ni la amenaza israelí ni su expulsión, ni la emergencia de una ideología étnica anti-árabe parece  preocupar a los señores de la Liga árabe.

Ni Estados Unidos ni Rusia, ni la Unión europea ni mucho menos Irán hubieran podido atreverse a desafiar al mundo árabe si realmente era un mundo y no cinco.