Según informaciones procedentes de Argel, la banda del Polisario se dispone a llevar a cabo una guerra contra las compañías extranjeras que faenan con Marruecos en su zona Sur.
Esto desde el punto de vista del derecho internacional se llama “piratería” y como en el litoral somalí, es condenado severamente por la comunidad internacional porque se trata de una acción terrorista contra todo el mundo.
Por otra parte, al plebiscitar a Marruecos, sin ningún tipo de cuestionamiento a su actual territorio, la Unión africana reconoce implícita y explícitamente la marroquinidad de las provincias del sur de Marruecos.
O sea: coletazos o no, las milicias del Polisario acaban de expresar clara y de manera desafiante su carácter terrorista y, de paso, revelar la estrecha cooperación del régimen argelino en su empresa terrorista ya que para consagrarse a esta labor piratica necesita una marina y es Argelia la que posee.
Es decir: que estamos ante un grave desafío al derecho internacional que, como precedente, se debe recordar la triste “hazaña” del Junquito español y su desenlace a Argelia y al Polisario.
Los mismos argumentos vuelve a esgrimir la milicia del Polisario sin que el régimen argelino tomara sus responsabilidades internacionales, habida cuenta de que la banda del Polisario vegeta en su territorio.
El chantaje del Polisario, pues, es de una gravedad extrema para la seguridad regional y para el transporte marítimo con el que Argelia parece buscar homologar con el litoral somalí para la desestabilización de los países de la región, especialmente Marruecos.